jueves, 24 de mayo de 2012



DE BARCELONA A LA HABANA
Ciro Bayo
De los autores de la Generación del 98 se ha dicho hasta la saciedad que redescubrieron en su visión crítica de España, la geografía, las costumbres, la idiosincracia y la historia del país. Pero ocurre que descubrir el país en el que uno vive no es tarea precisamente fácil. Para ello, en buena medida, hay que tomar distancias y convertirse en un "extranjero", aunque sea imaginariamente. Esto lo consiguió espléndida y cómicamente Ciro Bayo en su libro El peregrino entretenido a través del personaje del entomólogo austríaco, tomado por los vecinos de una pequeña población española como un anarquista peligroso debido, ni más ni menos, a su aspecto raro y a sus "misteriosas actividades" en el campo.
Rilke hablaba en su correspondencia de la "belleza extraña y salvaje" de los entornos de Ronda. El mito romántico, a veces, un auténtico lastre, de la España de toreros, bandoleros, caballeros, pasiones fuertes, fiestas bizarras y paisajes disímiles, quiso Ciro Bayo, como otros hombres de su generación, confirmarlo o desmentirlo, y para ello viajó por toda la piel de toro a pie, en burro y en tren, para luego degustar su continuación en tierras de Sudamérica, continente que atravesó de cabo a rabo.
A Ciro Bayo se le ha relacionado con la Generación del 98 aunque de un modo un tanto tangencial o forzado, cronológicamente hablando. Se trata de un personaje curioso, amante de la aventura y poco adepto al sedentarismo mental de casino de su época y cuyos libros están a medio camino entre la  autobiografía y el documento. Su estilo es, a veces,  algo antiguo, sazonado de referencias clásicas, pero lo que observa y critica nos resulta contemporáneo y fresco. El aire epocal que nimba su obra es significativo tanto de su reacción a la España que le disgusta como de la recepción de una cultura secular que precisa de una mirada actualizadora.
En este libro, De Barcelona a La Habana, se respira un aire poéticamente evocativo:  el mar como esa vasta extensión natural tan llena de historia como aún poseedora de regiones inexploradas.  
Describe la vida a bordo del barco que le llevó hasta Cuba, partiendo del puerto de Barcelona. De lo que hizo en la isla no se sabe sino que llegó a cortar cañas de azúcar y logró ganar un premio literario concedido por el ayuntamiento de Matanzas.
No se trata de un libro de impresiones, de tejidos subjetivos. La alusión al mar como ente total, como conductor de civilizaciones, como reservorio inexplotado de riquezas naturales, como fuente inspiradora de literaturas, aventuras y mitologías, conforman el grueso narrativo de este volumen, el primero publicado por el autor en 1880, aunque el viaje date, probablemente,de 1878. 
Exquisita la presentación de Ediciones 98 y loable la iniciativa de recuperar a un autor tan poco visitado tanto por el recuerdo como por la lectura.
Admirablemente, Bayo escribe: El mar, ese otro paradero de la vida, asemejándolo a la libertad, al destino, al misterio, al mito.  


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