martes, 29 de enero de 2008

La arena del reloj IV.

No hay mayor mimetismo que el de los actores: más se esconden cuanto más se muestran. Un actor al que hemos visto perseguido por malhechores, torturado, herido; o una actriz a la que han violado, matado o raptado, aparecen de pronto en una fiesta donde se les va a premiar por sus aventuras, vírgenes y rutilantes, como si todo lo que hemos visto y nos ha impresionado, no les hubiera ocurrido a ellos. Los actores asumen todas las evoluciones sentimentales y espirituales de sus personajes para verse recompensados con la liberación de tales evoluciones. He ahí la catarsis paradójica de la interpretación.
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Decir que las cámaras de vigilancia dan seguridad, es como agradecer que existan mafiosos a los que se pueda contratar para defendernos de otros presuntos delincuentes.
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En el discurso científico no hay escritura, es decir, no hay discurso científico modulado, expresado. En el momento en que se da, hay que hablar de una autoría, de una mixtura, de una incursión literaria, de un elemento divagatorio. A no ser que intente parodiarse a sí mismo. Iniciaríamos, entonces, el camino de la especulación transgresora, de la ironía, de la patafísica, incluso.
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Los adictos a los ovnis tienden hacia una mística estereotipada. Los que investigan fenómenos paranormales, se aproximan más a una metafísica, a una suerte de nueva ontología. Los ovnis son manifestaciones externas de lo extraño, y acaban siendo interpretados en clave religiosa. Los fenómenos paranormales son manifestaciones internas, es decir, profanas, vinculadas al mundo invisible que se encuentra ligado de forma ignota al visible.
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Un escritor, un periodista, un crítico social o literario, basan la articulación de sus discursos en la firmeza construida de la frase. Un poeta no piensa, precisamente, con frases, sino en correspondencias, en nexos. Lo característico del poema consiste en no depender meramente de la lógica de la frase y mucho menos de su significado, sino del enlace musical que va creando. El poeta quiere expresar, no confirmar, ultimar un discurso.

miércoles, 16 de enero de 2008

El limbo empireumático

Hay un par de cosas que los que hacen revistas literarias y se obstinan en no prescindir del formato impreso tienen claro y afrontan: el trabajo que cuesta sacar adelante proyectos culturales semejantes en un contexto socio-cultural tan diverso como disperso (la pereza lectora del mundo digital, que nos está acostumbrando a volar sobre enlaces, nexos, imágenes, rótulos y fragmentos textuales antes que detenernos sobre artículos de fondo); y por otro lado, la imposibilidad de competir con los suplementos literarios de los grandes periódicos de tirada nacional.

A estos aspectos generales, se añaden los obstáculos de orden local. Empireuma lleva años infinitos paseando en su contraportada el nombre de Orihuela y de su Ayuntamiento, cuando tal publicidad no se corresponde con el interés real que el equipo de gobierno municipal manifiesta por la revista. Veinte años saliendo a la calle y ni un solo reconocimiento oficial, salvo los particulares y sobre todo los foráneos.
La causa está clara. Empireuma no es sólo una rareza en Orihuela, sino que por su especificidad dificulta la posibilidad de una recepción social generalizada. Encima, claro está, a la hora de identificar las filiaciones políticas de cualquier publicación, el que la nuestra "vaya por libre" se paga con una suerte de exilio interior, a veces muy amargo.

Si la revista estuviese claramente vinculada a algún partido, si disfrutara de una representación institucional confirmada, si a su cabeza marchara algún empresario ejemplarmente reconocido, si fuera la extensión de alguna concejalía, si los que la confeccionamos apareciéramos en tertulias, periódicos, manifestaciones, la cosa sería distinta.

Algún avispado nos ha achacado "pureza". O sea, que el que sólo nos haya interesado la cultura, en vez de arrimarnos al poder, ha sido nuestro error. Cojonudo.

Pero la revista sigue ahí, acabamos de sacar a la calle el número 33 y renovar nuestra página en la red. Además, estamos cómodos en este limbo en el que las circunstancias y el tiempo nos han instalado. Es un limbo denso y compacto que equilibra la fugacidad que supone la publicación de algo como una revista literaria con la realidad de un proyecto realizado que es (y será todavía más) una referencia de la cultura hecha en Orihuela.

viernes, 4 de enero de 2008

miércoles, 2 de enero de 2008

Una década con Google.

En este año 2008 estamos, en linea, durante una década con Google, para algunos una empresa como otra más, para otros, algo más que una empresa y para muchos, una serie de herramientas que les ayudan a realizar búsquedas de información, sin importarles mucho más que mueve a este inicial buscador que ha sorprendido a todos y todas.

Empezando por su Google Books (algo así como el MySpace de los libros, pero eso sí, sin tanto éxito ... ya sabemos que leer, que digamos, se lee mucho, pero en realidad se pueden ver más personas con el auricular en el oido que con un libro en las manos) y continuando con su Google Académico, no se sabe bien en que puede terminar esta aventura de compilación de el saber. Por ahora, se va a ver las caras con la gran compiladora que bien pudiera hacerle sombra, aunque la gente de Google ya trabaja en su Knol, según los de Dirson.

Empireumático Googol ...





CRECIENDO ENTRE IMPRESIONISTAS DIARIOS DE Julie Manet

Hay momentos en la historia de la cultura, episodios estilísticos o simplemente períodos en el ámbito de un siglo, que se revisten de un e...