
Me despierto esta mañana con un burbujeo de palabras. Líneas enteras. Cojo mi agenda e intento transcribir. Son trivialidades, pero uno, al leerlo después, se sorprende o se divierte con esa capacidad productiva del inconciente, aunque sean tonterías, parrafadas.
hay aceite en conserva derrramándose
de los labios de las mujeres portuguesas abandonadas
garabatos hechos por el hombre hace miles de años
como si fueran la propaganda casera del fútbol
persianas de sílice
embadurnadas de silencio ostentoso
pero la "solaridad" del trance
no consiste en la impregnación austral del astro
en nuestras mentes misivas
sino en una permanencia menos trágica
que la recompensa mineral
ayuda de las vertientes
que no se osificarán con la asistencia de los siglos
o con el venidero eslabón de mercuriales andanzas
lo juro, Anubis.
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La clave de su persistencia es el melindre ajeno como retorta de los vientos propios.
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La altura de la melancolía se divierte en sumar restas
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Los principios anudan su concepto como nudo corredizo de prismas
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Nadie inventa nada a instancias de la pura primacía, por eso el milagro de la perseverancia se acusa en los bordes de la castidad.
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