Qué os parecen estas tiernas escenillas: la cabeza plateada del Buda de la suerte jugueteando con la seráfica figura del niño Jesús. Los dioses son tranquilos cómplices entre sí, mientras nosotros nos debatimos en nuestra imposibilidad de volver a ser como niños.
1 comentario:
Me ha gustado mucho y tienes mucha razon!!
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