miércoles, 26 de julio de 2017

EL FLUJO SEMIÓTICO









Los ejes inmóviles seccionan la tierra.




Aquella divinidad prensaba galaxias con cada parpadeo.



Simular espacios.



La naturaleza justifica muertes por razones de economía cósmica.



El genio no depende de un texto.



Una disciplina de horizontalidades y superficies reflejadas organiza la materia de los paisajes.



Quisiera ceder el mejor de mis humores al tímido ángel que habita en mí.




En el espacio, sin embargo, no sobra espacio.



A pesar de todo, somos sede de un milagro que acecha.










Los confines son movedizos.



El aforismo es la gravitación absoluta de un significado súbito.



Deshacía su alma en pernoctaciones salvajes.



En ultimo término, poesía y realidad convergen de tal manera como si nunca hubieran estado disociadas.



La multidireccionalidad es la dirección de lo real.



Ascendía a límites descendentes.



La información es, a veces, un adherente inoportuno.



En el paraíso se prohibirán las incidencias biológicas.









Aunque se someta a las presiones térmicas del significado, el signo no acabará convirtiéndose, propiamente, en un símbolo.



La audacia pesca en los manantiales de altura.



Antes y después del análisis, ardor y signo del ardor, son lo mismo.



Defino el universo para fascinarme más con él.



El humor de los peces es indiscernible.



El sometimiento a la palabra debiera comportar una aceptación legítima de lo razonable, afirmar un principio de justicia distributiva.




Descartes, Pascal, los poetas, creen en las revelaciones profanas.








Los escrúpulos simulan, torpemente, virginidades perdidas.



La imaginación no entorpece la tesis, trabaja para potenciar la lucidez.



Soy receptor de signos. Tú eres creador de los mismos, al tiempo que también registras otros. ¿Qué misteriosa urdimbre tejemos entre todos?



Los faraones conocían los escozores en la piel, pero simulaban al amparo del oro solar.



La proposición del mundo es una densa nube de objetos.



La rosa levita en su frondosidad.



Un efecto huérfano inventó su causa.



La misión del poeta es rescatar la riqueza del universo.



En torno a cualquier respetuosa liturgia, las servidumbres íntimas crecen como hongos.  



 




La información conjunta y relaciona datos. No conoce la dimensión entrañable, anímica de la experiencia.


 
El ojo del guerrero del vaso ibérico y la mirada de Picasso pertenecen una misma intensidad.
 


Se muere todos los días, pero no acaba de ponerse de moda.



La bipartición del signo produce emblemas invertidos acosados por mensajes recurrentes no autoconscientes.



La hora fue el habitáculo concreto del ser.



El mundo barroco es un batido de signos en busca de una alegoría.



Mucha información sobre algo es contraproducente.


 
Los procesos semióticos son las redes proteicas de la ilusión cog-
noscitiva.



En las periferias del signo encontramos máscaras semienterradas.



La idiosincrasia de la palabra se llama polisemia.



El desliz del pensamiento se llama ideología.






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