martes, 22 de mayo de 2018








OTRO DÍA, EL MISMO 
 

El universo se cuestiona a cada minuto.

A cada instante

hay un cuerpo

que transita hacia la umbría,  

y un pensamiento que cede

en el juego de las horas.

Se abre el día

y un sol derrama su agonía celeste

en paredes y pupilas.

La tierra se incendia

de pequeñas desolaciones

y el horizonte que se insinúa

multiplica las distancias

que median entre el mundo

y la avidez.

Me descubro preguntando

por estos titubeos de la luz

y la persistencia de la memoria

aunque remota por la mañana. 

Me levanto hacia la luz

y vuelvo a encarnarme en mí mismo.

A partir de este instante

responsable soy de mis esperanzas

durante este día.

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