jueves, 30 de diciembre de 2010


VOCES DE PAPEL - LUCES DE HIEL:
MEMORIA LUMINOSA DE MIGUEL HERNÁNDEZ

El otro día me traía, por fin, Rosana Solivella, el libro Voces de Papel, que recoge los textos e ilustraciones que han constituído la exposición Luces de Hiel, realizada en el Instituto Cervantes de Lyon, en homenaje, - en doble homenaje, en suma - a la memoria de Miguel Hernández. Para facilitar el trabajo de artistas y escritores, se escogió el poema "Carta" del poeta oriolano como punto de partida y eje vertebrador de las creaciones plástico-literarias. Certera elección de un poema tan emotivo y evocador como particularmente significativo en el contexto de esta era de las hipercomunicaciones internáuticas. El resultado final ha sido tan exquisito como entrañable. Todo el trabajo y coordinación del proyecto, selección de obras y colaboradores, diseño de la publicación, etcétera, ha corrido a cargo de las hermanas Rosana y Silvana Solivella y sólo ellas saben lo que ha costado sacar adelante proyecto tan especial, plural y complicado. Las distintas fundaciones e instituciones que se han sumado al homenaje conforman una larga lista: ALCE (Agrupación de Lengua y Cultura Españolas de Laussana), Fundación Martin Bodmer, Librería Latinoamericana Albatros, Club del Libro Español de las Naciones Unidas en Ginebra, Facultad de Letras de la Universidad de Géneve, Instituto Cervantes de Lyon...
El libro también fue presentado en el IVAM de Valencia, y sobre la gestación y andadura del homenaje hay una amplia información disponible en el programa de Radio Tres En la nube del día 21 de este mes, con entrevistas a los colaboradores y protagonistas artífices del proyecto. Consúltese el podcast de ese día.
Quedan pendientes dos importantes presentaciones más: en la ONU, colofón de recorrido, y otra, obligada, en la ciudad de nacimiento del poeta, aquí, en Orihuela, probablemente en el colegio - antigua universidad - de Santo Domingo.
Ya que en los homenajes recordamos el nombre de alguien celebrándolo, siendo íntimamente justos, especialmente con las ideadoras y promotoras de esta gran exposición, no podríamos evitar el nombre de Alfredo Solivella, quien, aunque ya no esté con nosotros, ha sido el inspirador, desde la infancia, del amor de sus hijas por el poeta, amor que de este brillante y cosmopolita modo ha florecido para todos nosotros. Vaya desde aquí un saludo a esa memoria andante de la Orihuela profunda que fue Alfredo Solivella.

DIARIO FILIFORME

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