martes, 4 de enero de 2011


UN FANTASMA NOS MIRA

Esta foto de Julia Margaret Cameron siempre me ha perturbado. El más mínimo comentario o análisis de esta imagen implicaría desplegar una ardua reflexión sobre la temporalidad, el ser, la historia, la finitud....
Literalmente, nos está mirando un fantasma, alguien desde otra época. Ese "desde" indica que tal época todavía existe de algún modo, aunque yo tenga la certeza de que el siglo XIX se acabó y que esa mujer se perdió para siempre en los piélagos del tiempo. Es esa mirada directa, fija, que no puedo evitar, y que está ahí lo que me perturba de un modo fascinador. Creo saber lo que estoy viendo, una imagen antigua, pero en realidad ¿es así de sencillo? La imagen no es un simple retrato porque la mujer más que posar está mirando. Y en eso reside lo inquietante, en esa actividad que la foto recoge. Pero mirando qué. Puedo imaginar lo que se encontraba ante ella en ese momento, un objeto extraño, el objetivo de la cámara, pero resulta prosaico, o no: ¿qué simboliza, en definitiva, el círculo de cristal de la cámara: el infinito, la nada...? ¿Cómo descifro el misterio de una mirada captada en su mirar hace más de cien años? Su mirada pasmada, absorta, se funde con la mía porque al mirar a la cámara, mira directamente al tiempo que la engloba y me mira a mí sin saberlo. Creo poseer cierto poder sobre esa mirada simplemente porque al ser yo posterior en la serie mítica de los acontecimientos, tengo más datos sobre las circunstancias. Pero su mirada perpleja es la misma que la mía que se encuentra, casualmente, al otro lado del marco con la suya. La imagen de esa mujer ya no es algo físico, se ha convertido en un signo para mí que me interrogo sobre ella y el sentido de todo esto. ¿Realmente se acabó el pasado, o lo que esta foto sugiere, sutilmente, es el carácter infinitivo de todo tiempo? Yo sé que hay una distancia temporal insalvable entre mí y esa imagen - veo a la mujer, pero no puedo tocarla ni ella saberme - , y que tal distancia es lo que condiciona nuestro ser, nuestro estar, el alcance de nuestra información. Pero hasta qué punto puedo afirmar alegremente que esa mujer ya no existe. Qué indica la persistencia de su mirada.

1 comentario:

José Antonio Fernández dijo...

Es una mirada que inquieta y realmente bella. Seguramente por eso hipnotiza.

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