martes, 18 de enero de 2011


APOSTILLANDO

Certificado de inmortalidad: según las últimas investigaciones, tras nuestra muerte nos convertiremos en ondas de radiofrecuencia que vagarán por las galaxias, lo que debe interpretarse que volveremos a nuestro presunto origen estelar. Seremos partes fluyentes de un todo sin cara ni identidad propia. ¿Realmente así seremos nosotros mismos? Escaso consuelo el que la ciencia física nos asegura. El Evangelio es más original. Resucitar en cuerpo y espíritu, y nosotros mismos, con nuestro yo, cada uno de nosotros, no una masa ingrávida de sutil energía vibratoria.

**

 

1 comentario:

José Antonio Fernández dijo...

Se agradecen citas tan bien construidas.
Me gustaron.

LA INABARCABILIDAD DEL TIEMPO Y LA INMEDIATEZ DEL PASADO

  Desde luego, el mayor viaje que podamos realizar no es a geografías remotas o exóticas sino el que hagamos alrededor del tiempo. Actualm...