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Decir que las cámaras de vigilancia dan seguridad, es como agradecer que existan mafiosos a los que se pueda contratar para defendernos de otros presuntos delincuentes.
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En el discurso científico no hay escritura, es decir, no hay discurso científico modulado, expresado. En el momento en que se da, hay que hablar de una autoría, de una mixtura, de una incursión literaria, de un elemento divagatorio. A no ser que intente parodiarse a sí mismo. Iniciaríamos, entonces, el camino de la especulación transgresora, de la ironía, de la patafísica, incluso.
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Los adictos a los ovnis tienden hacia una mística estereotipada. Los que investigan fenómenos paranormales, se aproximan más a una metafísica, a una suerte de nueva ontología. Los ovnis son manifestaciones externas de lo extraño, y acaban siendo interpretados en clave religiosa. Los fenómenos paranormales son manifestaciones internas, es decir, profanas, vinculadas al mundo invisible que se encuentra ligado de forma ignota al visible.
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Un escritor, un periodista, un crítico social o literario, basan la articulación de sus discursos en la firmeza construida de la frase. Un poeta no piensa, precisamente, con frases, sino en correspondencias, en nexos. Lo característico del poema consiste en no depender meramente de la lógica de la frase y mucho menos de su significado, sino del enlace musical que va creando. El poeta quiere expresar, no confirmar, ultimar un discurso.