LA SINFONÍA IMAGINARIA.
Marcel Schneider
Edición española de
1983. Edición original en francés de 1981, aunque sospecho que los ensayos
sobre música y músicos de este libro son anteriores. Lo sospecho por el tono y
la selección de temas y compositores. Schneider, tras ofrecernos, muy
curiosamente, las distintas definiciones históricas que ha tenido la música,
nos dice que sólo con la llegada de la sensibilidad romántica la música toma
fulgurante carta de naturaleza, y encuentra un concepto óptimo que llega hasta
nuestros días. Schneider nos habla de alguno de los grandes maestros del XIX y
de los grandes clásicos del XX, es decir: de Wagner, Schuman, Berlioz, Verdi,
Debussy, Falla, Satie, Stravinsky, Poulenc… Referente no secreto de Juan
Eduardo Cirlot en las lecturas sobre simbolismo universal, Schneider nos vuelve
a demostrar, con este libro, la
necesidad que hay de una adecuada bibliografía musical que vaya más allá de los
meros repasos históricos.
EL ITINERARIO DE EGERIA
Texto del siglo IV,
escrito por una misteriosa dama emparentada con el emperador Teodosio El grande
y originaria de la provincia romana llamada – atención señores – Hispania. El texto
narra el viaje que esta señora, Egeria, hizo con su comitiva por todo el
Oriente cristiano: Palestina, Egipto, Siria, la zona mesopotámica, tierras de
ascetas y monjes. Penetrar en la historia antigua no es sólo alucinarse con los
ámbitos, costumbres, discursos e indumentarias, sino sumirse con delectación en
cartografías sorpresivas, en descripciones de naciones o regiones fantásticas,
percibir lo ingente que ha sido el tiempo histórico y a qué poco puede quedar
reducido en tanto que invoquemos las necesidades de la criatura humana. Resulta
sorprendente oír hablar a Egeria del “santo obispo de Arabia”, entonces región perteneciente
a Egipto. Del escueto texto de Egeria se desprende una imagen oriental – a reivindicar
teniendo en cuenta el estado actual de cosas por allí - y milenaria del
cristianismo junto a una sensación admirativa ante su historia, la
misma impresión que obsesionaba a Buñuel y le hizo rodar, por ello, Simeón
del desierto.
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