martes, 18 de julio de 2017










Briznas de verano.
Amas a alguien que nunca conocerás,
alguien que ya no existe,
aquella deliciosa actriz de aquella remota película
que conviertes en musa de un sueño amargo.
Te sumes en mórbidos regodeos
Al recordar a aquella chica
que un verano te fascinó
desde el marco de una cartelera
a las puertas de un cine,
un verano envuelto en las dulzonas gasas
de finales de los setenta y principios de los ochenta.
 
Amar la melancolía,
amar el amor,
qué bizantina forma de desaparecer
entre las horas
que ya han dejado de ser reales.

 

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