lunes, 15 de octubre de 2018

Apuntes escritos


 
 


En toda militancia hay una especie de delirio, de irracionalidad.

 


Leyendo interpreto lo que estoy leyendo que debo saber leer bien para poder saber interpretar bien porque…

 
 
La alucinación que hace ver como ideológica toda reacción ya se ha venido abajo en gran parte. Precisamente porque la realidad ofrece giros y derivas que no admiten la linealidad ideológica como definición irremediable e ineludible de las cosas. Es más, se hace necesario, y sobre todo ante el panorama nacional e internacional actual, sobrepasar, puntualmente, la ideología, doblegarla.

 
 

Que fluyan las cosas y los mundos y las personas y sus opiniones y sus gestos y sus aventuras... En cuanto pillemos o nos topemos con lo que podríamos conceptuar ineludiblemente como signo, detengámonos para investigar, para  analizar, para descomponer, para comparar, para dilucidar, para contextualizar…

 

La secuenciación de un fenómeno es la historia de su acontecer.

 
 
 
 
¿Existe algún nacionalismo democrático?

 

Un contemplativo es alguien que respeta las cosas en modo superlativo sin ser caricaturesco.

 


Declaración de que si se anulasen las autonomías, la multiplicidad de seres y temperamentos seguirían existiendo dentro de la nación, dentro de España: “el pluralismo es verdadero pero se cumple en el seno del monismo”. (Ontología, Juan Eduardo Cirlot)  Se trata de la dialéctica del fragmento y la unidad. Uno no puede pasar sin el otro, que lo compone y viceversa.





Lo obvio es que existe el signo, que se está dando en los más diversos ámbitos. Lo que no es tan obvio es qué significa, qué implica la presencia de estas alusiones densas y concretas. Y a partir de aquí se inicia la labor de los especialistas, de los analistas sociales, de los filólogos, de los filósofos. O sea, que la labor teórica sigue siendo imprescindible.

 

En el artículo La belleza que figura en el volumen publicado  por Lumen, de Umberto Eco, A hombros de gigantes, el autor italiano habla de una distancia entre la obra de arte y el sujeto que la disfruta. A diferencia de otras pasiones, podemos gozar de una obra de arte sin poseerla, sin ser propietarios de la misma. Esta suerte de curioso desinterés certifica, sin embargo nuestra delectación y nuestra percepción reverencial de la obra. Resulta curiosa la similitud que este detalle de la asunción de la obra artística ofrece con el famoso y numinoso concepto de aura  ideado por   Walter Benjamin. El concepto de Benjamin se refiere a la significación profunda de la obra de arte, a su originariedad, a su naturaleza. La de Eco alude a los usos y valoraciones del sujeto de los altos productos de lo artístico. Distintas perspectivas sobre un mismo fenómeno que, sin embargo, basan su valoración final sobre un mismo motivo: el distanciamiento respetuoso del hombre frente al arte y el distanciamiento indefinible desde el que  la obra emite su fulgor.      




Amo a personas que no existen. ¿Es esto una chifladura o lo más normal del mundo, qué futuro tiene este tipo de amor?

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