POEMA SIN DESTINO
DESDE LO UNO
La inteligencia es esférica
Hermes Trimegisto
Ser sólo tránsito, vislumbramiento,
remitencia de término a término,
cifra de augustos preceptos.
Ser especulación altiva, pulimento,
depredador de la teoría,
centro de todos los homocentros.
Ser movimiento y cauce de los ritmos,
diapasón de irisados estremecimientos,
fulgor intermitente en los dédalos del pensamiento.
Ser uno mismo en cada entendimiento comprendido,
surcar la hora de los lugares esclarecidos,
reflexión del propio acontecimiento.
Ser rumor del enunciado no acabado,
esa vacilación tras la promesa de cada venero,
adivinando rocíos, éxtasis y extrañamientos.
Y a partir de la brecha abierta,
desde el calmo naufragio de lo uno en lo diverso,
invocar todas las potencialidades
para que la multiplicidad converja,
se certifique el bello canto
y el verbo se diga como un encantamiento.
Se me ha ocurrido colocar aquí este poema que sirvió de exordio a un poemario que envié al Premio de Poesía Mística Fernando Rielo. Una de las condiciones, si no recuerdo mal, del premio era que las obras no premiadas no podían enviarse de nuevo para el premio del año siguiente. Al parecer los del Rielo no quieren morralla ni éxtasis repetidos. Cosa complicada frecuentar los linderos etéreos para toparse con frutos virginales cada vez. La producción sustituye a la experiencia. Final de la poesía, inicio de los fuegos de artificio, la poesía forzada por la propia palabra. En fin.. El poema lo coloco tal y como me salió, no está escrito con métrica y nada más extraño que un poema que pretende la percepción de la harmonía perdido en el vacío del papel, huérfano absoluto de cualquier lector. Bueno, quizá ese sea su destino auténticamente místico.
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