INTERNÁUTICAMENTE
Hay cosas que no puedo escribir ni en este blog. Adquieren automáticamente un carácter frívolo y cargante que me molesta. Sencillamente, el blog no es el lugar de determinadas confesiones. ¿Dónde, entonces? En el estricto diario íntimo, en un poema, en el silencio...
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LLevar un blog me hace recordar la famosa sentencia de Heráclito: "No te bañarás dos veces en el mismo río", es decir: el ritmo de la red exige que la actualización de la información sea prácticamente diaria, que los contenidos sean sustituídos por otros a la velocidad de la luz. De lo contrario, la cosa no funciona y el internauta pierde interés. El lúdico pragmatismo, la inmediatez de la consulta en la red - una pulsión que sobrevuela textos e imágenes - se opone a la demora placentera de la lectura tradicional del libro. Por ello, su dinámica se parece a la de las aguas heraclitianas: la información se renueva cada día, la lectura avanza sin volver sobre las mismas páginas, todo fluye. Esa es su ventaja y su inconveniente. El hipertexto (el "texto" virtual conformado por todos los textos que se encuentran en la red) es información en constante crecimiento, una masa de datos en ramificación continua. Una página, un blog no actualizados, son - siguiendo la metáfora filosófica - como agua estancada.
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En la red el continente sí afecta al contenido, es decir, a la percepción de ese contenido, ya que lo que nos atrae o divierte de internet es la novedad del formato en que accedemos a la más diversa información. A ello se añade la interactividad, la posibilidad de que aportemos nuestros propios puntos de vista, obsesiones, fobias, afectos... Internet se convierte por ello en el depósito sin límites de nuestro imaginario.
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El blog, naturalmente, tienta nuestro exhibicionismo y narcisismo. Ahora bien, esto se ha normalizado de tal manera que a lo que asistimos es a un nuevo papel del individuo en la configuración de la sociedad. Recuerda la aparición de la fotografía, lo que supuso ésta como democratización representacional del sujeto en una época en que los retratos pintados sólo eran encargados por gente con dinero. El blog viene a ser la democratización absoluta de la escritura. Para mi sorpresa, apenas me he encontrado con esos blogs mediocres que tanto critican algunos escritores consagrados, cosa que se ha convertido en un cliché negativo que no hace justicia a la calidad y novedad que ofrecen gran cantidad de páginas personales.
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Internet puede ser también una metáfora tanto de la capacidad ilimitada como de la fragilidad de la memoria, del carácter ilusorio de acumularlo todo: un chispazo eléctrico adverso y adiós a todo.
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Lo masivo se torna anónimo. La cantidad de blogs con que nos encontramos en la red acaba por convertirse en la pululante escritura de un autor sin rostro. Lo bueno de este fenómeno es reconocer cierta complicidad en los que escriben, que esta escritura masiva no es uniforme, sino que se trata de una actividad rebelde y necesaria, que constituye el gran signo fluyente de una crítica saludable y alternativa de las cosas.
1 comentario:
De acuerdo en todo. Mejor explicado, imposible. Creo que estos formatos nuevos, los blogs y demás han popularizado muchísimo la cultura aunque, como efecto secundario, no leamos cosas a las que le tengamos que dedicar más de 5 minutos. En general, creo, que es beneficioso.
Un saludo.
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