lunes, 11 de abril de 2011









CALLEJEANDO

Frente a la plaza de toros de Murcia, hay una serie de largas calles que parten como si fueran radios de este edificio circular. Esa zona, urbanamente poco atractiva, me produce, sin embargo, un fuerte estado de ensoñación cuando he deambulado por allí a la hora de la siesta. Y creo que esto se debe a que contrasta el aire un poco destartalado de estas calles con el hecho de que están sembradas de pubs, cafeterías, incluso restaurantes, cuyos atractivos interiores llaman a refugiarse dentro cuando la temperatura ronda los treinta grados, como ocurrió este sábado pasado. El ahorcado feliz, Ítaca, El perro azul, son alguno de sus nombres. Me encantó encontrar, escondido en el rincón de una placeta, un pub donde la semana entrante, se van a dar unos recitales de poesía y entre quienes participan se encuentra Raquel Lanseros, la única poeta que conozco de los que mostraba el cartel de la entrada.

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