miércoles, 16 de enero de 2013

POR EL ESPACIO


 
 
 

Lo teatral de la imagen, es decir, su ostensible falsedad o artificialidad, curiosamente, la hace más extraña, cuasi numinosa. Lo artificial cobra un estatus de irrealidad. Lo que comparten las películas de serie B con películas de terror mudas, es precisamente, esa irrealidad onírica que crean sus escenarios de cartón piedra.

 



Aquí se corta, absurdamente,  la superficie lunar.  

 
 
Teletransportemos nuestros cuerpos con un solo movimiento



Pero... mira, Joe, aquí hay un rastro del monstruo.



 
 
 

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