OTRO DÍA, EL MISMO
El universo se cuestiona a cada minuto.
A cada instante
hay un cuerpo
que transita hacia la umbría,
y un pensamiento que cede
en el juego de las horas.
Se abre el día
y un sol derrama su agonía celeste
en paredes y pupilas.
La tierra se incendia
de pequeñas desolaciones
y el horizonte que se insinúa
multiplica las distancias
que median entre el mundo
y la avidez.
Me descubro preguntando
por estos titubeos de la luz
y la persistencia de la memoria
aunque remota por la mañana.
aunque remota por la mañana.
Me levanto hacia la luz
y vuelvo a encarnarme en mí mismo.
A partir de este instante
responsable soy de mis esperanzas
durante este día.
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