COSMOYOICO
En la noche del sábado te invoco,
abstracta melodía,
dulcedumbre de la aceptación,
posibilidad de ser en la multiplicidad.
En la noche de la posibilidad infinita,
de la ordenación de los mundos y de sus efigies,
reclamo la dignidad de ser,
de, simplemente,
encarnar pasivamente
mi nombre.
Odiaría fluctuar en la pura ritualidad,
por ello, reclamo a las potencias giróvagas
la efectuación de mis energías,
la incisión material de mi capacidad.
Esta dulcedumbre al fin,
esta aceptación de mí,
esta sensualidad que deviene
y así,
me bautiza.
¿Me quiere la noche confidente,
aceptan mi testimonio
las espumas de las horas?
Si la noche,
como mensajera de la divinidad, me acepta,
emprenderé el viaje tranquilo,
desde aquí,
desde este que es, de pronto,
mi centro originario.
En la música nos seremos,
elementos de un solo círculo
que esplende.
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