lunes, 3 de octubre de 2022

AMANECER PODRIDO




Si leyera los textos reunidos aquí sin saber quién los ha escrito, yo pensaría en algún autor surrealista, o en un escritor humorístico de raigambre expresionista de entre guerras. Podría pensar, por ejemplo,  en alguna fantasía de Ionesco, o bien en un Kafka, o en alguna humorada de Benjamin Peret, incluso.

Creo que hicieron bien sus autores reales en guardar en el cajón estas prosas teniendo en cuenta el nivel que alcanzaron tiempo después con sus obras genuinas, es decir, bien alejadas de la experimentación o de la mera estampa bizarra.

Benet y Santos ensayaron en estos textos motivos, ámbitos y personajes que luego utilizarían notablemente en sus novelas pero sin demorarse  en  la estricta proyección de lo grotesco. Porque absurdo se vuelve el mundo si sólo destacamos con deleite literario sus aspectos desmesurados, su pobreza, su recio localismo, su tornasolada miseria, su onirismo gris.

Independientemente de estas consideraciones inmediatas, si nos medio olvidamos de qué soberbias plumas proceden, estas chocantes y contundentes prosas se leen entretenidamente como literatura del absurdo o realismo expresionista, es decir, realismo delirante al fijarse sólo en el detalle bruto y crudo de la vida.  

  

No hay comentarios:

LOS DOS NIÑOS QUE ARRASTRÓ EL AGUA La imaginación intenta en secreto y con una mezcla de vergüenza y temor, recrear alguno de los episodios ...