domingo, 28 de septiembre de 2025

YO HUBIERA O HUBIESE AMADO Diario íntimo 1974 Felix Francisco Casanova


 

Como todo buen romántico, confieso que me fascina la muerte. No me refiero al dolor que produce en los seres humanos, claro está,  sino a lo que supone para la memoria del cosmos. ¿Dónde va a ir a parar la ingente masa de sujetos que la muerte ha succionado del plano de la existencia, qué destino tienen los amores que han sido, el humor que se ha tenido, la esperanza que se ha esgrimido?

Esa suerte de desierto estelar indescriptible es el que se articula en mi mente cuando hojeo las páginas del diario de este precoz poeta canario, Félix Francisco Casanova, fallecido en 1976 a los 19 años? El diario posee un título que el propio Casanova le puso: Yo hubiera o hubiese amado. La ausencia del condicional - Si yo hubiera… -, el aspecto asertivo que supone, pues, tal epígrafe, pone los pelos de punta al sugerir la imposibilidad final de la consecución amorosa.

El diario, publicado por Demipage, también incluye una breve muestra de su narrativa: tres cuentos que cierran el volumen dejando al lector sumido en una ambigua expectación. Ese año 1976, en cuyo indiferente transcurso, un escape de gas borró de la vida a nuestro poeta, se me aparece como una señal temible en el camino, como el tramo último de un vivir que debiera haber continuado lleno de recompensas y resultados, hacia el reconocimiento común.

Teniendo en cuenta a educación, la escritura, la creatividad de Casanova, con toda seguridad, se hubiera convertido en uno de los poetas o escritores más notables del país. Si examinamos los últimos años de su biografía, cómo se presentaba y desarrollaba su vida social, con quien se relacionaba, qué intereses universitarios tenía, si miramos sus fotos y consideramos los aspectos varios de su creatividad, no nos puede caber duda del mundo óptimo le esperaba, que estaba trenzando un futuro muy favorable en el ámbito de las letras.

El diario es, desde luego, el diario de un adolescente, pero advertimos, igualmente, un mundo creativo de referentes y contornos serios en devenir. Me sorprende su interés temprano en Ungaretti, en Nazim Hikmet, en Octavio Paz, en Neruda, Cortázar, en el jazz, en el rock…

Casanova nos cuenta sus sueños de la noche anterior, en qué revistas literarias publica, qué hace con sus amigos, los ires y venires de Eros, qué proyectos literarios tiene.

Recuerdo, hace unos años, que la publicación de su obra completa, cuentos, novelas y poesía, se presentó en un programa nocturno de Sánchez Dragó, pero la actitud de este fue de total indiferencia. Pasó sin pena ni gloria entre otros libros que estaban amontonados allí, frente a los invitados. Dragó, supuso que por tratarse de un autor que murió tan joven, sus textos no tendrían interés. La persona que trajo el volumen al programa no pudo sino mencionar el nombre de Casanova y poco más.

El modo en que se cierra su diario, tan felizmente y estando en concordia con todos, es un gesto que nos trae desde aquellos mediados de los setenta, un signo de tranquilidad, de tersa harmonía en la vida antes del abrupto e insospechado  final. ¿Es este tipo de finales el que que la divinidad reserva a espíritus especiales? Aún con toda la poesía y magia encima de uno, a día de hoy, no me atrevo a afirmarlo. A no ser que le asignemos al azar una camuflada y singular misión.

Si no fuera porque Wittgenstein nos decía que la muerte no es un acontecimiento de la vida, que de ella no se puede decir positivamente nada, restarle gravedad definitiva a la muerte, no supondría ninguna estupefacción sino un ensayar una mirada distinta, incluso, tímidamente esperanzadora, al término de nuestras vidas.   

miércoles, 3 de septiembre de 2025

RUGBY FEMENINO O EL DESMADRE NORTEAMERICANO


Llevo años pensando en ese país tan extraño, como decía Borges, que es Estados Unidos. Pensando en su cine ante la especificidad europea (¿o es al revés?); en el éxito continuo de cualquiera de las empresas que lleva a cabo en cualquier ámbito; en la conversión o metamorfosis de lo británico o anglosajón en lo que es la expansiva expresividad cultural norteamericana; en el aspecto radicalmente profano de su cultura y en la índole huérfanamente cristiana de la misma; en la caricatura destructiva de todo lo sexual en que consiste su humor… En fin, reflexionando en lo que suponen los Estados Unidos para la historia y, sobre todo, en por qué la naturaleza de lo norteamericano es siempre lo excesivo, lo permanentemente surrealista, la experiencia límite, lo más de lo más.

Por un lado está claro que la tabula rasa del protestantismo ha funcionado como elemento despejante de toda creencia, mito o impedimento a la hora de investigar, controlar y experimentar. El pudor es católico; en los protestantes sólo produce insinceridad. De ahí que mientras nosotros asumimos una pendejada como  la Leyenda Negra, ellos no sólo han trabajado en la creación de la bomba atómica, hecho ya en sí, inasumible éticamente, sino que la han utilizado de verdad, cuestión que sólo admitimos como elemento remoto de un confuso mundo de ciencia ficción, eliminada toda posibilidad humana de condena.  Ahí radica la crueldad estadounidense: en su incapacidad para responsabilizarse. Ellos son los encantadores adolescentes del planeta que invadieron Vietnam y bombardearon Hisosima y Nagasaki.


Hago esta introducción sobre la naturaleza de lo norteamericano así, por encima, al encontrarme con lo que para mí ha sido una novedad y no acabo de entender muy bien: el rugby femenino. Al visionar uno de estos encuentros, uno piensa que se trata de un deporte más, ya que hay jugadoras, árbitros, comentaristas, público, campo de juego, entrenadores y demás. Pero cuando percibes la sexy indumentaria de las jugadoras, que cada una de ellas es una modelo, que se mueven enseñando medio trasero y que las cámaras persiguen a cada jugadora por el césped del campo, piensas que no es tanto un mero deporte como un espectáculo en el que bajo el pretexto del encuentro deportivo, se simula a jugar exhibiendo carnes y cuerpos para un público mayoritariamente masculino. En esta ambigüedad reside lo que me confunde de este rugby americano femenino, pues si por un lado las jugadoras parecen entregarse a jugar, a chocar unas contra otras y a darse golpes de pecho cuando realizan un movimiento ganador  con la pelota ovalada, y ves a los entrenadores desgañitarse cuando falla su equipo, el resto confiesa su carácter de espectáculo televisivo al presentar a cada una de las jugadoras como temibles y atractivas amazonas, destacando la posición de sus traseros cuando se revuelcan por la hierba del estadio.

El mundo norteamericano ¿juega con esta ambigüedad o es que es así?  Examinando con atención este rugby americano femenino, confieso que no acabo de ubicar su naturaleza: ¿es un deporte o un espectáculo sexual? ¿Es lo uno mezclado con lo otro, dando lugar a la expresión de una idiosincrasia tan esquizoide como particular?  Si los norteamericanos se pasman ante nuestros nazarenos en las procesiones, yo me quedo a cuadros ante estas bellezas que rebotan por el suelo verde mostrando suculentos nalgatorios guerreros.

martes, 2 de septiembre de 2025

SIMÓN DEL SIERTO EN 20 FOTOGRAMAS

 


Simón del desierto



Simón subido a su columna donde permaneció años en éxtasis y penitencia



El pastor de cabras, personaje típica y esperpénticamente  buñuelesco



Piedad buñuelesca: Simón, su madre y la presencia espectral del propio Simón en una escena de raigambre pictórica



El demonio bajo una apariencia angelical



Los muslos tentadores del diablo



Otros voluptuosos encantos del diablo



Una reminiscencia del Perro andaluz: la mano de la madre de Simón taponando la entrada de un hormiguero




Nuevas tentaciones vuelven a acosar a Simón, esta vez bajo la figura del mismísimo Cordero de Dios



El ataúd deslizante: la última tentación de Simón antes de su caída




El entramado urbano, la ciudad moderna como el mundo ante cuyas novedades sucumbirá Simón








El ermitaño Simón, que ha resistido lo insufrible desde su columna, se convierte en pleno siglo XX en un urbanita con ramalazos existencialistas y pop. Ya no hay marcha atrás, hacia las purezas de antaño. No hay más remedio que enfrentarse a los ruidos y vulgaridades de la vida contemporánea. No obstante, Simón, mantiene un cierto distanciamiento, camufla su diferencia. 

LAS ASPIRACIONES DE LA POESÍA Y LA ABRUPTA REALIDAD

Echando un vistazo medio distraído a la lista de autores de la editorial Pepitas de calabaza en la página web de la propia editorial, me e...