INSTANTÁNEAS SANFRACISCANAS.
Y tan instantáneas. La misma mañana en que el anticuario se iba a llevar la talla centenaria, raudamente, casi al filo de perder de vista esta obra para siempre, le hice con mi cámara, cuasi también centenaria, Woitglander, unas cuantas fotos. ¿Dònde estará ahora, quién la habrá adquirido, cómo entró en casa de mi tía hace noventa años y consiguió escapar a nuestra atención durante décadas, mimetizada en el mobiliario isabelino de aquél comedor inaccesible?
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