martes, 5 de noviembre de 2013

AFORISMOS DE RAMÓN SIJÉ





Sijé me hace recordar a Otto Weinninger: inteligencias precoces y trepidantes, un poco abrumadas por su propia pasión intelectiva, por su voracidad de palabras y conceptos, que desaparecen de la vida en pleno éxtasis intelectual, poco antes de que, quizás, modificasen o corrigieran sus directrices vitales y filosóficas. En Sijé, ambas cosas, palabras y conceptos, no se excluyen, son el mismo artilugio del pensamiento, pues el concepto se reviste de expresividad, y las palabras manan de una insistencia exploratoria, bañadas en poesía.
Lo que sigue es una primera selección de pasajes del sorpresivo: La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas (1935). Sijé pertenece a ese tipo de intelectuales que crea su propio lenguaje crítico. En ello  radica tanto su encanto como los peros a su estilo. ¿Pero es que es poca cosa ser poseedor de todo un estilo propio que lo que me está diciendo es la imagen de mundo que ha elegido y en la que, íntimamente, vive?   




AFORISMOS SIJENIANOS I



Conceptismo, forma absoluta de expresión de nuestro estilo de vitalidad, iluminada por los ángeles.

 

Romanticismo es actitud primaria ante la vida, reflejo de la intimidad (la selva oscura de la intimidad) y conceptismo, actitud metafísica, superación, espíritu y estilo.

 

Creo que las artes poético-plásticas son variaciones (re-elaboraciones) sobre media docena de temas eternos, que pueden proyectarse en media docena de docenas de temas históricos.

 

Esta oscilación creadora se llama crisis; una crisis del espíritu va a ser el romanticismo.

 

Persona es quien vive dialécticamente la libertad.

 

Ningún sistema puede, por tanto, resolver su problema radical sin verificar su transformación personalista.

 

El romanticismo histórico, en cuanto que es un movimiento naturalista de fantasmas, se presenta, ante todo, como una protesta contra lo abstracto, contra la figura racional de lo abstracto, y como una afirmación concreta del color.

 

La forma romántica como melodía infinita

 

Qué lejana aquella música como concepto, aquella música como lectura por los oídos.

 

La música clásica de la palabra silenciosa es como una caída de sonidos sobre cristales, un paso de pájaros sostenidos por sonidos.

 

Al lado de la “melodía infinita” como tipo, está el poema infinito.

 

Poema infinito es desfiguración psicológica del cristal cúbico del poema

 

Las pasiones concretas

 

Los fantasmas llegaron a España cuando España era ya una nación de fantasmas

 

¿Para qué sirven los sucedáneos políticos-formales de la realidad, llamados constituciones? Fantasma es España; fantasma es el estado; fantasma es el pueblo; fantasma son el pensamiento y las artes, fantasma es el tiempo y la muerte.

 

Las épocas clásicas del pensamiento se caracterizan porque en ellas nunca han sido fantasmas ni los poetas ni los filósofos. Época clásica del pensamiento es época de símbolos y con los símbolos no pueden vivir los fantasmas.

 

El sentido común nos trae siempre al problema de la incompatibilidad del mismo sentido común y de la personalidad, o de la incompatibilidad del sentido común y de la humildad metódica.

 

Balmes quería reducir el romanticismo a un problema lógico.

 

Platón no es nunca un platónico sino Platón; santo Tomás de Aquino no es nunca un tomista sino santo Tomás; y Hegel no es nunca un hegeliano, sino Hegel. Balmes es ya un balmesiano.

 

La flauta que crea los símbolos en la absoluta soledad de los sonidos desnudos.

 

El concepto de España mismo es una posición romántica.

 

Palabras que digan pedantescamente: yo me muero de tanto sufrir, en vez de decir humildemente: yo me sufro de tanto morirme.

 

“Quien habla de la razón sólo humana – dice Hegel – miente contra el espíritu”; por esto el conceptismo antes de crear racionalmente formas busca la inspiración intelectiva de lo real y el sentido de la misión de la inteligencia. Quien habla de la realidad sólo empírica, miente, también, contra el espíritu.

 

Barroco es, en un sentido amplísimo, forma sometida al juego.

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