viernes, 1 de noviembre de 2013

GERMINACIONES DE LA RANA PÉTREA






En efecto. Lo más ostensible es lo que se nos suele hacer invisible. Y yo parezco destinado a descubrir fragmentos ignotos de la dichosa puerta del palacio de la familia Roca de Togores, día a día. Simétricamente a la posición y ubicación de la salamandra- lagartija, me he dado cuenta de la existencia de otra figura, más pequeña y escondida: lo que parece ser un sapo emboscado en un par de carnosas hojas de lechuga. En un principio pensé de un modo barroco: se trata del renacuajo de la salamandra. Pero habiendo animales con una representación fuerte y específica, no creo que un renacuajo, en este contexto, expusiera una idea del proceso del nacimiento o de la metamorfosis, muy inteligible.
 
O es un sapo o bien una rana, tan abundantes en las orillas del Segura, a su paso por la ciudad,  y prácticamente  inexistentes hoy.
Este último dato, supone para nosotros una grave carencia, no sólo ecológica sino cultural. La rana es mensajera del cambio de la estaciones y de la lluvia, símbolo para los orientales de la buena suerte y de la fecundidad. Está relacionada con los estados primordiales de la materia, y especialmente, con el caos primigenio. Por el proceso vital de su metamorfosis, la rana se convierte, para Jung, en anunciadora de la aparición del hombre en la Creación. Resulta algo estremecedor que un simbolismo tan extendido mundialmente y preciso como el de la rana, deje de operar en nuestro imaginario por la extinción local del animal.     




  

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