Cuando descubrimos el
rostro del asesino o del terrorista, nos decimos, decepcionados: ¿este es el
monstruo, con esa cara? Claro, la monstruosidad se esconde en otro sitio no
físico: el fondo escabroso del alma.
La voluptuosa espiral de
los pétalos de la rosa.
La geometría facetaría el
vacío hasta el infinito.
No es que las hormonas
se agiten por sí, indicando que estás
enamorado sino que te enamoras y es entonces cuando las hormonas se vuelven
locas.
Frente a la naturaleza y
la historia, el hombre es el posibilitador dialéctico de la creación. Con
respecto a esta misión, está solo.
Entre otras cosa, el
poeta debe ser un buen productor de imágenes.
Leer formativamente es
ir asumiendo la escritura de los otros convirtiéndola en estrategia descriptiva
propia.
Solo merece esfuerzo
describir los abismos propios: es un terreno que conocemos bien. Los momentos
de felicidad apenas se describen: se viven.
La música diluye la
esclavitud de la monotonía existencial, destruye las servidumbres que hieren
nuestra soberanía.
Recuerdo haber vivido
algo, pero no haber durado.
Para ir evolucionando
victoriosamente hay que ir contando con los otros, dosificadamente.
Dios no existe si no lo propiciamos
en nuestras vidas.
La libertad es la
condición para alcanzar la verdad y ser felices. Por ello, no podemos hacer
trampa, magia, invocando forzosamente, la intervención divina.
La música nos transforma
instantáneamente sin aportar definiciones. La palabra asegura nuestro conocer,
señalándolas.
La palabra, en tranquila
retaguardia, asegurando nuestra huida a la libertad que lidera la música.
No parece que haya
ninguna divinidad ocupándose de nosotros. Ahora bien, de vez en cuando, lo
numinoso se manifiesta, aunque no sepamos qué es lo quiere de nosotros.
La divinidad nos ha
arrojado al azar para que nos hagamos dignos de la recompensa de la
civilización y la felicidad, doblegándolo.
Dios está fascinado con
nuestros hallazgos en arte y ciencia, aunque, a veces, esté a punto de perder
la paciencia ante la repetición de las estupideces.
Maritain lo dijo de un
modo más brusco. Somos medios de la divinidad.
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