miércoles, 22 de septiembre de 2021




LLORAR BAJO LA DUCHA

 

Hoy he llorado bajo la ducha.

Además de la aguda tristeza,

sentía vergüenza,

la de dejar que un elemento externo

me rodease por todas partes, acariciando,

al mismo tiempo que protegiendo

mi fragilidad.

Llorar bajo la ducha es una curiosa tautología:

ambos flujos, el de las lágrimas

y el del agua,

se limitan a eso, a fluir,

y acaban siendo uno solo

porque dicen lo mismo de modo distinto.

Las lágrimas brotan de una herida secreta,

pero el origen del agua es todavía más arcano,

siendo el objetivo de ambas el mismo: salir, fluir.

Ambas, agua y lágrimas, se mezclan y,

al fin y al cabo, son agua.

Quizás sean las lágrimas las que llaman al agua originaria

para atenuar la vergüenza de su brotar

rodeándome con un velo líquido,

Y que algo más que mi cuerpo

me acompañe en la desnudez de mi malestar.   

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