EL CURIOSO SOFÁ
Edward Gorey
Esta es quizás una de las
obras más singulares y casi diría, extrañas, de asunto pornográfico que podemos
encontrar en el ámbito del cómic. Publicada en 1961 y con el seudónimo que
aparece en la portada, se trata de una obra gráfica del dibujante
norteamericano Edward Gorey, cuyas afiligranadas y sutiles personajes recuerdan
bastante a los de Tim Burton, a no ser que sirvieran de inspiración directa al
director.
No conocía el mundo de Gorey,
esta ha sido la primera publicación que he disfrutado del mismo y podríamos
decir de la misma que es una suerte de obra maestra breve de la elipsis. Si
prescindiéramos de los textos que acompañan a las imágenes, difícilmente
podríamos imaginar que se trata de la historia de una serie de amigos que se
reúnen para gozar libérrimamente del sexo entre ellos.
Teniendo en cuenta la fecha de
publicación de la historieta, no sabría decir si el arte de Gorey es tal cual
de genuino como aparece aquí, o es que se adaptó ingeniosamente a las
circunstancias para evitar la censura.
Observando los dibujos de
Gorey he vuelto a considerar lo difícil que resulta analizar, descifrar las
sensaciones que se experimentan ante la singularidad de las imágenes. Desde la
semiótica última se afirma que las valoraciones o sentidos que pueden emitir determinadas
imágenes superan a los de las palabras, pues no hay códigos claramente
establecidos que nos ayuden a identificarlos como pertenecientes a un texto.
Ante el poder designador de la palabra, la imagen parte en vuelo. Las figuras sutiles, ingrávidas y superestilizadas de Gorey desfilan por las viñetas de esta famosa pieza, y confirman la especificidad de la imagen que no la de su mera recepción refractaria. Las figuras de Gorey articulan una aventura cuyo desenlace la mirada describe en el lenguaje especial del humor.
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