Julio Cortázar
suma a la excelencia de su obra el recuerdo de su persona, siempre entrañable. Y
Cristina Peri Rossi lo que tiene es,
precisamente, una memoria fina y recuerdos muy vívidos de su amistad con
Cortázar.
La
obra de Julio Cortázar es inventiva y lúdica, no obstante, como si fuera un
tema recurrente cada vez que pensamos con detenimiento los contenidos de alguno
de sus libros, se suele plantear si el ideario de Cortázar no pertenece
demasiado a los ámbitos ideológicos, políticos y estéticos de los setenta. Sí,
eso está claro. Y el paso del tiempo algo ha cambiado el panorama general. El
espectro político de Latinoamérica ya no depende de la existencia de las
dictaduras militares, por ejemplo, como tampoco lo que se prestigiaba al amparo
de utopías y revoluciones comunistas son lo mismo hoy que hace cuarenta años. Recordemos
las inquietudes de Cortázar con respecto a las derivas de países como Nicaragua
o Cuba.
Otra
cosa que también es cierta hace referencia a que en el momento en que Cortázar
triunfa con Rayuela, Francia todavía
ostentaba una referencialidad literaria mundial. La musa entonces era francesa.
Hoy el patrón cultural en casi todos los ámbitos es totalmente anglosajón.
Ahora
bien, ese carácter lúdico, ese humor inteligente que he destacado como
característica típica cortaziana y que en obras como La vuelta al día en Ochenta mundos,
Último round, Prosa de observatorio, etc.,,, convierte los libros en brillantes sumas
híbridas de fragmentos y mixturas en los que cabe de todo a modo de desplegado
cajón de sastre: mini narraciones, artículos, ensayos breves, fantasías
literarias, poemas; ese dinamismo cantor de lo minúsculo y lo surrealista, convierten a Cortázar en un singular vaticinador literario. Tales libros por su
estructura y factura escritural, en los que texto e ilustraciones creaban un solo espacio, se me antojan los precedentes impresos de los
blogs de hoy, de la actividad literaria internética o del mundo de los microrrelatos.
La modernidad convertida en un loco museo de extrañezas y curiosidades donde el
siempre diestro y magno imaginador que es Cortázar erige los mundos en
conflicto tutelados peculiarmente por cronopios
y famas.
Por
la semejanza de estructura y estilo esta literatura de esquirlas narrativas y
fragmentos poéticos conecta con el tiempo de hoy, con el dinamismo de la
actualidad y su fenómeno, con el ritmo de los días. Articulan una suerte de poética periodística,
una poética de la extrañeza cotidiana. Y aquí sí es Cortázar nuestro total
contemporáneo.
Cortázar
también era un intelectual, lo era aunque no quisiera serlo, pues lo que menos
le pegaría a nuestro amigo sería la pose pedante: el empaque total de lo que escribió
nos muestra sus capacidades y asunciones formales, es decir, el lugar que en su
producción ocupa el ejercicio de la crítica y el ensayo es más que notable. De
este modo, Cortázar se nos presenta como un escritor brillantemente profesional,
total.
Peri
Rossi también sabe escribir con gracia y precisión y las breves páginas de este
recordatorio se hacen tan amenas como emotivas.
Leyendo
estas líneas claras y entrañables de Peri Rossi uno se acerca a esas
naturalezas infrecuentes que son los grandes creadores, a sus psicologías
agudas y peculiares, al tiempo que se advierte la total normalidad de sus
temperamentos. El gran creador no tiene por qué padecer ninguna patología como
a veces se afirma con ánimo mitificador, para ser eso, un gran escritor…
El creador literario es una persona
cualquiera, salvo que ostenta esa capacidad de columbrar otros horizontes y experimentar
con el lenguaje a partir de esa experiencia.
Leyendo
estas páginas breves pero esenciales nos damos cuenta del poder sorpresivo de
la memoria, de cómo criba el tiempo y el número de los sucesos, dando cuenta de
la amargura que emerge cuando consideramos la distancia entre ellos.
Peri
Rossi recuerda la misteriosa indistinción que Cortázar hacía de vez en cuando
entre magia y realidad. Ciertamente para los maestros de la literatura y del
lenguaje la barrera entre ambas debe ser tan fina como casi hipotética.
No hay comentarios:
Publicar un comentario