Esto es, desde hace siglos, el verano para mí: el paraíso de los otros, un período tan lleno de delicias como de incomodidades, el período de las sensaciones físicas por excelencia. El verano abre el acceso al espacio de modo total, diferenciándose del mundo de interiores que es el invierno. En mí esta apertura se transforma en una auténtica gula de lecturas. La lectura suple las personas que no conoceré y los lugares que no visitaré. En esta foto, creo haber retratado a mi espectro, sentado ahí.
domingo, 7 de agosto de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
YO HUBIERA O HUBIESE AMADO Diario íntimo 1974 Felix Francisco Casanova
Como todo buen romántico, confieso que me fascina la muerte. No me refiero al dolor que produce en los seres humanos, claro está, sino...

-
IDENTIDADES NÓMADAS: LOS DIARIOS DE ISABELLE EBERHARDT Borges nos hablaba en uno de sus cuentos de aquella inglesa que, capturada por unos ...
-
Llevo años pensando en ese país tan extraño, como decía Borges , que es Estados Unidos . Pensando en su cine ante la especificidad europea...
-
Si hace décadas se cantaba aquello de malos tiempos para la lírica, no digamos ya para la épica, a no ser que algún súbito acontecimiento ...
1 comentario:
Doy fe del espectro. Su sombra lo atestigua.
Buen verano!
Publicar un comentario