Sijé es
un hábil perceptor de sustancias, un gozador del detalle literario, un creador
de poéticas y dinámicas nomenclaturas (autodescontuctivas, por tanto).
He
divido mi selección de párrafos aforísticos e intuiciones líricas de su obra La decadencia de la flauta en dos grandes partes: la que dedica al examen de la
poesía, por un lado, y la que analiza la
comedia teatral, los pormenores de la novela – la prosa – la función del chiste
y el porqué de la decadencia del espíritu clásico (la flauta), por otro.
Aquí
va la segunda entrega.
Ocioso
repetir que la sorpresa y el gusto intelectual persisten. Particularmente
originales son los conceptos de prisa y chiste que Sijé utiliza en su febril
investigación.
La muerte es una
idea clásica de personalidad
Comedia española,
palabras de la prisa traídas al oído por los pies de la ilusión
Cristal es la forma
de la comedia española; cristal parecen, a veces, sus contenidos, y sin
embargo, tienen la lógica dura del tiempo y la muerte.
La novela española
ha de quedar reducida a la intervención de un tercero- el novelista – en la
vida real de las figuras.
La pausa de Stendhal,
por ejemplo, está en la novela, en la misma masa de la novela, y la pausa de
Miró se encuentra en la prosa, en la masa de la prosa novelesca: en la masa
poética o poemática.
Gabriel Miró, por
tanto, está situado en una constante de precisión estilística, que concibe la
prosa como una masa de lentitud, como un elemento de barroquismo.
Considerada como
estilo, la novela española, no existe
No hemos tenido
novela porque hemos conquistado Europa y América; no hemos tenido novela porque
nuestras palabra se oyeron en Trento y porque nuestras palabras formaron el
sistema agónico, duro y crítico, divino ruido de cristales rotos y de sangre
evaporada en forma de pensamiento, del conceptismo.
El Quijote es – hoy
y ayer – un tema vivo sin novela concreta, un tema para novelas futuras e
imposibles.
El tribunal de la
santa imaginación
Hacer una novela
histórica es preparar un espejo para la historia, un espejo para los muertos.
La finalidad del aprendizaje
del pastiche, considerando a éste como pequeño ideal de arte.
Paisaje en nosotros.
El queda-tiempo se
venga del pasatiempo y del metatiempo.
Masa novelística de
Miguel de Unamuno. Masa, sensación de abismo, prosa abismática, fondo negro y
duro de las cosas, cosas negras y duras sin fondo, abismo de prosa y de novela.
La nitidez y la
netitud del paisaje, cristales y azules del paisaje absoluto.
El paisaje será
siempre para el autor una preparación sentimental.
El paisaje es una
ocupación provinciana
A Mesonero le encanta
el justo medio del humor; porque él pasa por todos los hombres y todas las
cosas, la mano de su cansancio. Cansancio es la prosa de Mesonero, solemne
ademán de cansancio.
En la formación
estilística del conceptismo ha influido extraordinariamente, la figura
dialéctica del chiste.
El chiste es un
objeto, da siempre carácter a algo o a alguien. Caracteriza a un pueblo, a un
hombre, a una mesa; caricaturiza…
En el siglo
XVIII se sigue cultivando el chiste,
pero se ha perdido la fuerza polémica de su empleo y la angustia determinante
de la formación chistosa. El chiste va confundiendo su límites con los del
disparate al desaparecer la higiene racional del estilo del conceptismo, que
distinguía, netamente, los ámbitos estilísticos de las formas y de los
materiales de creación.
Hay siempre operación de dominio voluntario,
aún cuando parezca que sólo hay chiste.
El chiste de
inspiración angélica es la entrada del ángel en el mundo superior del hombre y
de la persona, y el chiste por voluntad de chiste es una manifestación colérica
de la razón dominada.
Si en el terreno místico
existe una unión de entendimiento y voluntad, más perfecta cuando el entendimiento
está más purgado, como lo acredita el testimonio excepcional de san Juan de la
Cruz, en el terreno chistoso, y, en general, en el terreno de la formación
ingeniosa, puede haber no una unión de potencias, sino, solamente, un
acercamiento que haga posible la intervención voluntaria en la razón-intelecto;
por un momento que llamamos rasgo de ingenio, chiste.
Hay humor, pero el
humor deviene triste por la existencia de la operación chistosa.
El chiste recuerda
la soledad, el silencio y la muerte. Por esta razón, el humor, movido por el
chiste, se convierte, inevitablemente, en lección moral.
Un chiste en la
boca de un ángel, debe ser como el rumor abstracto – como el gozo – del pensamiento.
El agua produce un
sonido cristalino, con figura de luz, en el silencio; el ruido de la sangre que
cae es un ruido sordo, que espesa – a pesar de lo vivo de su color y de su
pintura -. El silencio más silencio.
La misteriosidad
viene a cristalizar en la rima de Bécquer, como puro temblor lírico.
El poeta afirma,
nada menos, la incapacidad poética de la palabra.
La vida íntima - y
el temblor que es la traducción poética de la intimidad vital – refleja más
exactamente lo que se sueña que la palabra misma.
Era Gustavo Adolfo Bécquer,
el pájaro solitario sin nombre, el principio absoluto del fin relativo del
romanticismo poético, pío maravilloso en la soledad aterradora de los silencios
absolutos.
La realización de
todo poder de creación es una suplantación de la personalidad por el mismo
poder.
El poder vive y muere
independientemente del sujeto poderoso.
El clasicismo es
arte de hacer personas.
La hispanización o
cristianización española del mundo , tiene su origen en un móvil de pura
religión individual; así como el cristiano hace conocedor al prójimo de su
debilidad, España, mediante una política clásica de imploración, hace al
universo circundante, recientemente creado por ella, testigo de su impotencia.
La mística, esa voluptuosidad
lívida
En España se
sobremuere, románticamente se sobrevive
El problema del
estilo era el problema del alma
El estilo de pensar
contra el pensamiento (en el espíritu) y de amar contra el corazón (en el
alma); y que en España se manifiesta o se convierte en fruto, en la crítica más
severa que se ha hecho del pensamiento desde el pensamiento mismo (el conceptismo),
y en la crítica más apurada del amor.
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