PARA EMPRENDER EL
CONOCIMIENTO DE TODOS LOS “ORGANISMOS
SEMIÓTICOS” (Lotman), TENGAMOS EN
CUENTA:
El funcionamiento metafórico
del lenguaje,
las adiposidades deslizantes
del discurso,
las equivalencias rotativas,
supuraciones melancólicas
y declinaciones líricas
de cualquier mensaje;
el fragor,
la delicadeza,
la revelación,
el tierno balbuceo del
enunciado.
Las porosidades,
las ambivalencias,
las secuenciaciones,
las laminaciones,
las vinculaciones,
las irrigaciones
las segmentaciones,
las significaciones,
las escenificaciones,
las lubricaciones,
las explosiones
del símbolo.
Las singladuras,
moldeamientos,
interconexiones,
enfebrecimientos, asociaciones;
desciframientos, descodificaciones,
y fusiones
de los textos a través de
las lecturas.
Y además:
las hibridaciones monódicas,
las materializaciones
súbitas y las
perentoriedades simuladas;
o bien,
la avidez, la sensualidad,
la perspicacia,
la locura, el silente
éxtasis,
la manía, obscenidad y estilística
de los fetichistas del texto
y los poetas.
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