martes, 10 de febrero de 2015

LÉON BLOY. DE UN EXPERTO EN DEMOLICIONES




 
 

No podemos separar la imagen del León Bloy reaccionario  y provocador de la del Bloy escritor profesional y de altura.  Notable la labor aquí de la traductora, Teresa Lanero, que logra confirmar que ambas cosas son una, revelándonos fragmentos de laboriosa y contundente prosa en esta selección de artículos que el escritor francés fue publicando en la revista Le Chat Noir, vinculada al cabaret del mismo nombre. Sorprende la altura de estos artículos, mejor dicho, la calidad de esta prosa relacionada con un ámbito que podríamos identificar como frívolo. Pero es precisamente en el ambiente de los cafés literarios donde las espirales del verbo pueden darse del modo más inopinado y natural. El ambiente relajado estimula ese verbo que un temperamento brioso y luchador como el de Bloy maneja, tensa y reproduce, ante el motivo que se le ponga a tiro. Bloy aprovecha las seguridades simbólicas y morales que le suministran la religión y su fe para parapetar su ametralladora y hacer surtir estos artículos donde encontramos retratos demoledores, sacudidas contra la sociedad del momento, afinamientos elogiosos y bombardeos selectivos para quien se lo merezca. No sé si Bloy es un escritor que haya que recuperar, o si las ediciones últimas de obras suyas, incluido, destacadamente, su diario, obedecen a una sutil estrategia editorial. En una época infectada de pensamiento políticamente correcto, por un lado, y de desnortados liberticidios de expresión por causa, precisamente, del exceso y el delirio, por otro, compensa  y divierte leer a Bloy. Y no se trata de meros requerimientos ideológicos, sino de evocar una escritura tan lúcida como indignada, que quisiéramos se produjera con más frecuencia en la actualidad.   

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