Hay poetas y poesías que
visitamos como buscando un placer determinado, como si nos suministraran un
tipo de fascinación y emotividad que, por otro lado, tuvieran una muy escasa
relación con el mundo actual en el que vivimos. Se podría decir que son estas
algunas de las características que comúnmente producen las obras poéticas o la
poesía, pero los casos específicos remarcaran lo dicho. La poesía, por ejemplo,
de Hugo Von Honfmasthal o la de George Tralk. Con la de Hofmansthal accedo a un
mundo selecto, aristocrático al tiempo que íntimo y exquisito. Sólo en algún
estado fugitivamente visionario o en momentos muy contados de meditación suculenta,
he podido propiciar un tipo de universo que se correspondiera con una poesía
como la del austríaco o ubicarme en un espacio de inspiración similar al que expresan
sus mejores poemas. Algunos poemas de Hofmansthal parecen hablar de un linaje
perdido al que hemos pertenecido como integrantes de un orden superior. Por ello
mismo seguimos siendo depositarios de lo sublime, aunque no seamos conscientes
de ello sino a través de la evocación melancólica.
Con Tralk accedemos a un
universo tan concreto como alucinógeno, tan preciso como espectralmente
intenso. La poesía de Tralk hace de un limitado repertorio de motivos humildes,
- fuentes, plazas, calles, atardeceres,
parejas de amantes, ríos, hierba, - un
desfile estático de atmósferas extraordinariamente compactas.
En muchas ocasiones, el
poeta apenas elabora paisajes, tan solo nombra o enuncia los motivos concretos
según un orden de percepción concéntrico.
Al hacerlo, inviste de una solemnidad extraterrenal esos entornos
humildes, convierte las cosas que refiere en presencias totales, en símbolos
puros. Cuando me he perdido por parajes del campo o en pueblos que no conocía y
ha coincidido que esto ha ocurrido en relajantes atardeceres, me he encontrado
con la musa de este poeta. Tralk parece sencillo, pero el efecto, el mundo que
produce es de una singularidad extraordinaria. Por ello digo que las poesías de
ambos poetas me dicen poco de mi mundo de hoy pero me lo pueden decir si los
visito con la lectura y hallo esa onda ambiental que sus palabras provocan, en
ese mundo de ahí fuera que, súbitamente, se transforma.
Sus poesías pertenecen a mundos históricos que ya han cerrado su ciclo vital, es decir, mundos acontecidos, pero entrar en las palabras de los poetas es volver a internarse en tales numinosidades, actualizarlas en uno mismo, en lo que significan.
Sus poesías pertenecen a mundos históricos que ya han cerrado su ciclo vital, es decir, mundos acontecidos, pero entrar en las palabras de los poetas es volver a internarse en tales numinosidades, actualizarlas en uno mismo, en lo que significan.
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