ANA CRISTINA CESAR RECITA
Cristina recita sin
aspavientos calculados
Pero con la sensualidad de
su portugués brasileño
Un día de 1982, importante
para ella,
Pues acaba de publicar un
libro de poesía
Cuando publicar era un
acontecimiento.
La escucho,
Lee demasiado linealmente,
quizás,
Aunque el poema tampoco exige
Grandes dotes de
representación,
Sería contraproducente.
Lo que me fascina es cuando
termina
Y se retira de la página,
Como si se diera cuenta
De que lo que ha leído es
demasiado atrevido,
O hubiera cometido una
travesura,
O se avergonzara de su
propia inteligencia.
Sonriendo pícaramente,
Se aparta de la hoja de su
libro
Y su rostro desaparece en la
umbría que la rodea,
Desapareciendo también de
este mundo para siempre.
Es como su regalo último e involuntario,
Esa risa de adolescente en
una mujer de treinta años,
Un misterio ese gesto que la
contrae hacia sí misma,
hacia la sombra, fuera de
todo, de nosotros,
hacia dónde…
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