Qué
sensaciones más extrañas. Miro por la ventana y hace una tarde divina. Qué
difícil me parece que tras este sol, o debajo o no sé dónde, haya algo que se
llama virus y que nos puede hacer un gran daño, incluso provocar la muerte. ¿la muerte;
con esta luz, con estos aromas a azahar, con este bienestar que, desde fuera,
nos llama a salir, a pasear, a disfrutar?
Las
palabras del presidente anunciando el alargamiento del retiro, ha tenido su
momento emotivo. Creo que Sánchez ha sido sincero y ha querido mantener una
posición de comprensión y empatía con todos. La oposición ya se encargará de
hacerlo polvo, pero, no sé, creo que hay momentos en que el gobierno de turno
no pretende cosas torticeras, sino que es sincero. Lo que resulta lo más racional es optar, a
veces, por las hipótesis más sencillas.
En el
diario florentino de Rilke, leo: Tras un
nuevo temor llega una nueva forma de dicha. Cuando seamos “libres” y nos paseemos al sol,
nuestra consideración moral del prójimo ¿habrá cambiado, se habrá fortalecido o
renovado de algún modo?
Atención con la que
va a venir. No paran de anunciar un futuro inmediato catastrófico. Este
parlamento se autoalimenta a sí mismo. Demasiada información de lo mismo resulta
vomitivo e inútil.
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