lunes, 12 de abril de 2021

TEMPERAMENTOS FILOSÓFICOS PETER SLOTERDIJK



Peter Sloterdijk es el intelectual más destacado de Alemania. Este libro recoge sus impresiones sobre los filósofos más importantes de la historia, según su perspectiva. El texto funciona como una actualización, como una lectura sintetizada de la obra de estos autores.  

 

San Agustín.

La figura del pecador, es decir, del hombre que ha perdido la unidad con la divinidad, recuerda el desamparo del hombre moderno, sumido en la crisis existencial, ansioso y atormentado por las dudas vitales. Con severidad, San Agustín advierte que no hay salvación sino volviendo a Dios. De semejante modo, el hombre actual piensa que un vínculo precioso ha sido dañado y está pendiente de una operación reparadora que le resultará íntimamente vital.

 

Schopenhauer.

Sin control, el desasosiego de la vida deja de ser pulsión ordenada de mundo para convertirse en alienación, en pululación deformadora. Hay que domeñar a la voluntad para dejar de ser su víctima perentoria. Con la figura de Schopenhauer, la razón pierde la pureza  de su escalafón. Los virajes de la vida, del cuerpo se anclan en lo inconsciente, en lo brumoso orgánico y originario.

 

Jean-Paul Sartre.

Para Sloterdijk, el filósofo francés fue el autor filosófico más aplicado, más activo del siglo. Sumergirse en la subjetividad humana equivale a hacer interminable el absurdo. Ahora bien, sólo el ser humano se hace inteligible desde de la libertad. La lucha por ella es una constante natural.   

 

Wittgenstein.

La fascinación por el personaje se explica por la radicalidad de su planteamiento filosófico, por el distanciamiento del mundo desde el que produce su obra y vive. La ejemplaridad de su obra se confirma a través de las consecutivas y nuevas interpretaciones que se hacen de ella, que convierten a Wittgenstein en un eje prismático de prometedoras invocaciones. Por ello, Sloterdijk le augura futuras y sugestivas lecturas y reediciones.

 

Husserl.

La obra extraordinaria de Husserl correría el riesgo de convertirse en una rareza museística si no marcase por sí la plenitud del pensamiento en el periodo pretécnico. Lo cual convierte a Husserl, inventor de la fenomenología, en un auténtico fenómeno. No es chiste.

 

Foucault.

Foucault es el filósofo que ha sido economista, psicólogo, sociólogo, historiador y archivista de saberes a la hora de desempeñar su labor reflexiva. Tras su trabajo de investigación sobre la formación de paradigmas y la difusión de estrategias sociales y mentales que configuran a las épocas, el destino de la disquisición intelectual es dinamizar la vivencia de la realidad, la apertura del horizonte humano ante las siempre bien  distribuidas presiones del poder.

 

Nietzsche.

La obra de Nietzsche supone todavía un reto para las generaciones actuales y futuras. Se elude aquí toda caricatura o nazificación tanto del personaje como de la interpretación de sus obras, aunque el propio filósofo parece que lo dejase todo botando a propósito… Nietzsche puede ser rescatado como conductor de las almas, en todo caso, es decir, como un notable médium de las fuerzas que una comprensión estética del mundo puede provocar en las sensibilidades.

 

Pascal

Para Sloterdijk, Pascal es quien, entre las bambalinas prestigiosas de la ilustración y el pensamiento científico, advierte antes que nadie, los primeros desencantos y angustias de lo que se denominará el hombre moderno. Curiosamente, a Valéry, esta actitud, antes que un motivo laudatorio, le parecía una estrategia demasiado evidente para destacarse entre otros autores. 

 

Leibniz

El optimismo y la energía creadora del “representante diplomático del ser”, se vuelven envidiables para los laxos cultivadores del pensamiento débil. Emprendedor fulgurante de la Teoría, modelo romántico del sabio, la figura de Leibniz es un ejemplo y un estímulo para la imaginación filosófica, aunque la distancia de sus presupuestos a los nuestros sea considerable.

 

Schelling

Sloterdijk destaca el período de la obra tardía de Schelling, en la que se  produce la penumbrosa despedida a un complejo proyecto filosófico, que urde las últimas posibilidades exploratorias de la razón emparentada con la ilustración. Schelling es también un caso de investigación de escritura filosófica.

 

Fitche

A pesar de todas las filosofías críticas de entelequias y metafísicas asignaciones, la enseñanza final de Fitche es que sólo en el ser, en el yo, podemos hallar las últimas residencias de la divinidad.

 

 Marx

Según Sloterdijk, el pensamiento de Marx ha sido malbaratado por intérpretes ansiosos y mesiánicos. Sus ideas se merecen una segunda oportunidad, bien lejos de la ansiedad filosófica o el contraataque. La cuestión: ¿qué condiciones, qué contexto serán los propicios para llevar a cabo esa segunda lectura?



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