Depositarse
sobre los matices tal y como uno se posaría en una superficie.
Cada
parte de la oración es una gravitación específica del significar.
La
audacia te hace virgen, te remite a un claror anterior al mediodía.
Confiesas
los derroteros de tu alma, quieres hacer claro tu misterio.
Convertir
las inercias del día en polivalencias de la hora que transcurre.
Dulcedumbres
ocasiona el asentimiento místico.
La
memoria implosiona laberintos que ninguna justicia conocerá
Las
tribulaciones y tumultos del día de hoy son nada ante el recuerdo de tu mirada.
Te evoco
emergiendo de tu nombre, aconteciéndote.
Ningún
artista, sea escritor, poeta, pintor o músico lleva a cabo su trabajo en su
torre de marfil. Es la realidad la que se ha recluido en una indefinición
laberíntica, la que se ha vuelto intraducible.
La
crítica de la realidad requiere valentía intelectual; la verdad, franqueza en
el darse del testimonio de cada cual.
Ya no hay
pueblos sino público.
El día de
hoy ya tiene derroteros y esconces que son materia para la memoria.
La inteligencia
del otro es un evento para mí.
La tecnología
es la hechicería moderna. Por lo tanto, lo mágico sigue existiendo, pero ha
cambiado del lugar en que acontecía: del mundo arcano e indescifrable del misterio a la epistemología
y comprobación positiva.
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