21 DE AGOSTO, LUNES
Cómo acompaña Radio Clásica. Es lo mejor de las
ondas. Escuchas música clásica y trasciendes el tiempo, la esperanza parece
asegurada. Pero hasta en este terreno sagrado el gobierno socialista ha tenido
que meter sus narices, colocando suficiente cantidad “democratizante” de música
popular u otras que jamás se habían escuchado en Radio Clásica y ni maldita falta
que hacía, no sea que el pueblo escale en gusto y notabilidad musical. Hoy sólo
a un palurdo se le ocurriría pensar que la música clásica es elitista o
demasiado distinguida. Qué estereotipo más tonto. Por lo visto este es el pobre
parecer del gobierno de Sánchez. Llevo escuchando esta radio desde que se fundó
y no veo ningún bien ni ningún tipo de avance en las “reformillas” que los
socialistas le han puesto.
Leo noticias nuevas
sobre Miguel Espinosa y vuelvo a
fascinarme con este personaje. Me atrevo a llamarle así por lo que creo es su
curiosa singularidad. Espinosa da una sensación indistinta de apacibilidad y
tranquilidad, su imagen externa corresponde a la de alguien normal, un abogado,
una persona correcta, educada, un pelín
gris o poco expresivo, que se camufla en la cotidianidad de ser asesor de una
cooperativa, cuando lo que esconde en su retaguardia es una de las escrituras
más notables de la literatura en español. Sus conocimientos de abogacía los
aprovecha para articular una de las más inteligentes y suculentas prosas. Lees
a Espinosa y estás leyendo a un autor único, sumiéndote en un estilo totalmente
específico.
Los libros que me
gustaría haber escrito: Prosa de observatorio, de Julio Cortázar, El mono gramático
de Octavio Paz y el Asclepios
de Miguel Espinosa, una verdadera
delicia.
Atravesando el aplastante
desierto que está siendo este verano, me pregunto si tendré el suficiente
entusiasmo, las suficientes ganas de seguir con la escritura, con la pasión literaria
cuando llegue el otoño. Es como alcanzar el otro lado de la frontera de un país
interminable y pretender que los que te siguen y llegan a comprar algún libro
tuyo, lo vayan a seguir haciendo.
23, DE AGOSTO,
MIÉRCOLES.
Colecciono rotuladores
y bolígrafos como Alejandra Pizarnik.
¿Cómo vivir en el
fuego? Eso sólo lo puede hacer la salamandra, según la creencia fantástica del
mito.
Sueños llenos de
estupefacción con mis padres. Intensa melancolía al despertar.
Días largos como
muertes indoloras pero inacabables…
Ese salto temible que
da la melancolía cuando se pudre y se convierte en depresión pura.
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