Se
dice que la pintura de Charris - Ángel Mateo Charris - está enmarcada en lo que se denomina como neometafísica. Este nombre califica bien
el aire de las composiciones del pintor
español, quizá con más agudeza que las vinculaciones al cómic o al arte pop de
los sesenta que también se le atribuyen. Iba a decir que a pesar de las relaciones
con el arte norteamericano, en los cuadros de Charris no deja de respirarse
cierta atmósfera surrealista- la sombra del surrealismo es alargada - pero
ahora la imaginación ya no va por libre, ojalá, sino que viene a articular mensajes ecológicos
o políticos, aspecto que es bien visible en esta muestra murciana.
Olvidándonos
de conceptos que influyan sobre el arte, sí podemos decir sin equivocarnos que
el humor es un atributo del arte moderno y este también se hace visible en
estas composiciones: un humor que actualiza la misión de la pintura y nos ubica
ante el tipo de mundo que nos ha tocado vivir y, supuestamente, comprender.
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