De mi última visita al embalse de La Pedrera me ha sorprendido el aspecto azul turquesa de las aguas. No las recordaba con semejante color. En las ocasiones anteriores en que visité el lugar, las aguas eran de un azul bastante grisáceo y la apariencia del embalse era menos luminoso.
De camino al embalse.
Perderse por la naturaleza siempre resulta fascinante y más si exploramos espacio en torno a un punto acuático. Las aguas son un sueño en sí, como decía Gaston Bachelard.
Lo delicado de colores y formas.
Horizontes
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