ESCAPARATE
MÍNIMO
ADONIADA
Parecería que en los
últimos tiempos, hablar de acontecimiento
en el mundo literario fuese un gesto de antaño, pues en el terreno de la
narrativa y todavía mucho más en el de la poesía, este término ya hace tiempo
que ni se produce ni con melancolía rastreando novedades se lo nombra buscando
a un autor al que colocárselo. Pero si este es el tenor corriente en el espacio
occidental, en otros territorios sí parece que nos podamos atrever a emplear
tan contundente vocablo. Creo que el último libro de poesía del poeta Adonis,
publicado bellamente en Vaso Roto, sí podemos denominarlo como acontecimiento
literario, no sólo por tratarse de un libro documental del autor, que certifica
décadas de entrega a la poesía, sino por la exhibición retórica que el autor
nos brinda, demostrando que como todo gran poeta él es también un brillante
manejador de imágenes.
Me gustaría dedicarle un
estudio al análisis de estas imágenes, algo distintas a los flujos barrocos,
simbolistas o surrealistas del entorno europeo. Las imágenes de Adonis suelen
desplegarse sobre un fondo religioso-mítico que las justifica. Son imágenes poéticas
que a pesar de su gran inventiva no se muestran autónomamente sino vinculadas a
contextos milenarios que sirven de cinta transportadora sustancial por el artificio
también sustancial de una poesía que se extiende y fluye.
Creo que por la exposición
autobiográfica con que Adonis se nos presenta a través de todo los poemas y por
el trabajo literario llevado a cabo en este infrecuentemente largo libro de poesía,
podemos confirmar que lo que conceptuamos como acontecimiento literario o editorial,
podemos aplicarlo al espíritu de esta obra y a su ambicioso riesgo de retratarlo
como eslabón crucial de su vida personal y literaria. De Siria, del Oriente próximo
nos surgió hace años este testigo de las metamorfosis humanas. Adonis dice
verdad a través de sus poemas sabios.
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