Así conceptúa Manuel
González de Ávila en su brillante y utilísimo libro Semiótica. La experiencia del sentido, editado por Abada, a la persona que a través de la
maraña de sucesos contemporáneos y expresiones culturales multivariadas que nos
rodean, rastrea su conjunto, implicándose, vital e intelectualmente, en la
captación de sentido que cualquier pasaje de realidad pueda albergar o transportar.
Desde luego, a lo que se
refiere González de Ávila no es a la mera operación intelectiva que analiza
textos artísticos, manifestaciones sociales o emergencias probables de signos.
A lo que intenta apuntar es a la decisión personal de trascendiendo marcos
ocasionales, hallar un sentido a lo que ocurre en el mundo de los hombres, un
sentido que tampoco es mero concepto o constructo abierto, sino ligazón,
correspondencia soberana de hechos y
realidades.
Si señalo este libro
como “utilísimo” es porque además de exponer una redefinición de los objetivos
de la semiótica en el plano de las expresiones culturales cualesquiera, marca
tal tendencia con una significación sustantiva, vital y harmonizante. Si hallo
un sentido, nada más y nada menos, en
los transcursos variopintos de lo real, acabo no solo de hallar la
justificación argumental de una narrativa derivada de los hechos sino un
destino complejo a lo que ocurre. Sentido
como dirección y como significación. Esto implica que la vida se recubre no de
un plan sino de una razón que trasciende otras menores. Hallar el sentido de
algo es una operación importantísima: es confirmar la repercusión cósmica de
ese algo, su rango trascendente.
El
sujeto semiótico puede ser de un modo lato el investigador, pero a lo que
se refiere de un modo totalmente distinguido nuestro autor es a la voluntad de
hallazgo del sentido.
Hoy que en Occidente
padecemos de un reboso ideológico y de una moralina intolerable, además de una confusión
de mensajes y de la pérdida o erosión de la perspectiva humanista, la semiótica
como disciplina y ciencia vislumbra en el sujeto semiótico la labor del
individuo que está rebasando los marcos analíticos para propiciar otros más
receptivos e intentar la descripción de un argumento general, el guión de la
cosmo-esfera.