Considero muy valiosos
algunos de los programas de Cuarto
Milenio cuando dan, casi subrepticiamente, noticias con datos contrastados
y confirmados sobre asuntos en los que las implicaciones antropológicas,
históricas, arquitectónicas y paranormales ofrecen un coctel insólitamente
goloso para la investigación tanto académica como alternativa.
Digo que estas emisiones
ofrecen información notablemente interesante de forma casi subrepticia porque a pesar de todo lo hallado positivamente e
investigado, la aventura de los que participan en tales investigaciones no deja
de practicarse con unas intenciones humildes. Humildad que debiera superarse
con la implicación de grupos universitarios que ampliaran la dimensión de lo
investigado si la curiosidad científica y la implicación cognoscitiva, borrase
toda barrera prejuiciosa.
Este fin de semana
pasada, el grupo de Cuarto Milenio,
abordaba una zona concreta del campo en la provincia de Badajoz. Se trata de un espacio en el que se han hallado tanto
restos de civilizaciones megalíticas como restos de asentamientos romanos.
Figurillas practicadas sobre huesos, representando dioses tutelares o
divinidades semejantes, fragmentos de diverso tamaño de megalitos y menhires,
junto a construcciones soterradas de asentamientos romanos, constituyen el
grueso de los hallazgos producidos en la zona. Los datos de actualidad
relevante paranormal suman historias de
avistamiento de luces y de perturbadores encuentros con personajes espectrales.
En el curso de los
últimos diez años, la presencia de lo que semeja ser un niño esclavo de la
época romana ha sido vista y muy de cerca por varias personas. La descripción
del encuentro resulta bastante elocuente en lo que respecta al “contacto”
azaroso con presencias espectrales.
En otras ocasiones, el
testigo afirmaba haber visto una figura de aspecto humano al borde de la
carretera durante la noche. Al aproximarse con el vehículo e iluminarlo con más
potencia, la figura se volvía translúcida y de pronto, emprendía la huida a
cuatro patas…
La relación, si es que
la hay, entre los extraños avistamientos y la presencia y hallazgo de restos de
sociedades antiguas en el lugar, estimula un tipo de imaginación que antes que ser meramente
ingenua, intuye complejas interacciones entre lo que se ha venerado y
construido y el funcionamiento ignoto del tiempo y el espacio.
Se hace evidente a
través de una fenomenología que escapa a toda sistematización pero no a la
percepción natural, que existen leyes del tiempo y del espacio que todavía ni
conocemos y mucho menos, controlamos. Si
tales leyes trascienden la linealidad sincrónica del espacio-tiempo que de modo
habitual experimentamos desde la normalidad de nuestro diario vivir, no podemos
determinar ni acaso imaginar, qué alcances o desarrollos poseen esos otros
modos de funcionar del tiempo y el espacio.
Si a esta observación
elemental, añadimos recursos cognoscitivos de la hermenéutica, podríamos
aceptar, al menos, desde un punto de vista puramente teórico, el carácter
extraordinario de lo que el hombre ha experimentado en el éxtasis fundacional
de sus sociedades y culturas así como su posterior desarrollo.
Si las civilizaciones
muestran una duración concreta hasta su dispersión física que no simbólica y
representativa, podríamos seguir imaginando que allí donde han fructificado,
han ocasionado una trascendencia del
tiempo y del espacio, continuando su pervivencia en una suerte de cápsula
transepocal y transfísica que no podríamos sino denominar como paranormal.
Curiosamente y como
adaptándose a todos los tópicos de la sensibilidad romántica, la gran mayoría
de los encuentros extraños en esta zona de la provincia de Badajoz que el
programa de Iker Jiménez señalaba, se han efectuado de noche, es decir, ese
momento del tiempo en que las fronteras de las cosas confunden sus términos,
allí donde al abrigo de las sombras y lejos de la luz que da razón a las cosas,
se producen las más insólitas metamorfosis y la naturaleza de la realidad
pierde toda conceptuación clara de sí misma.
Tarde o temprano, desde algún lugar de las ciencias o de las humanidades, gracias a las investigaciones o pensamientos de un asiático, un africano o un europeo, alguien, en suma, dará con la clave de qué son los fenómenos paranormales y accederemos entonces a un universo que todavía ni soñamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario