Hacía
tiempo que la lectura de un libro no se me hacía tan ligera y divertida, y,
sobre todo, me surtía de tantas sorpresas acerca de la naturaleza del tiempo.
Este
detalle último se explica por el carácter tan sorpresivo y realista, tan
desmitificador que adquiere el tono de este anecdotario. Vemos al eximio autor
de El mundo como voluntad y
representación riéndose a carcajadas, salir a la calle con la bota del pie izquierdo
puesta en el pie derecho, y la bota del pie derecho puesta en el izquierdo, pelearse
con medio vecindario, adicto al rapé y gran
devorador de viandas, ocurrente, intolerante y contundente con sus colegas de
profesión, algo bastante narcisista, y nada humilde con respecto al logro de su
obra filosófica. Estupendo trabajo el de Luis Fernando Moreno Claros que ha
seleccionado y traducido esta amena antología de documentos en los que músicos,
profesores y escritores y personas varias nos dejaron recuerdo escrito de su
memorable encuentro con el solitario francfortés. Creo que este rosario de anécdotas
y recuerdos serviría perfectamente como material para un buen guión, para una
película underground sobre nuestro filósofo, convertido ya en personaje de un
sugerente cómic: los suculentos retiros de un budista extrafalario.
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