CRUZAR
PUERTAS TRASERAS. Rafael González Serrano.
Decía
Borges que la poesía es el lenguaje de la imaginación, lo que también viene a decir
que es el lenguaje de lo posible. La plasticidad absoluta con que la poesía
somete a la palabra, permite la expresión
de cualquier singularidad al tiempo que hace adaptarse al lenguaje a las
anfractuosidades de todo medio que exija una descripción elocuente.
En este poemario de
Rafael González Serrano, de formato tan breve como preciso, se cumplen con prestancia todas estas expectativas, puesto que la imaginación ha trabajado
con soltura y lo expresado lo es de un mundo al que se le podían aplicar las
disquisiciones que un Gaston Bachelard expusiera en su libro Poética del espacio.
En este caso,
Rafael González Serrano elige un motivo de rico simbolismo, la casa,
convirtiendo sus distintos componentes – pasillos, alcobas, puertas, mirillas,
baldosas o ventanas – en tramos de una singladura exploratoria de vívida
imaginación. Que la casa sea el laberinto de la propia subjetividad o
signifique una aventura semejante de otros territorios, es algo que converge o
es lo mismo en el intrincado desfiladero de mundos posibles en que queda convertida la
casa. Pocas cosas tan personales como la casa de uno y al tiempo, susceptible
de convertirse en testigo de desasosiegos y significaciones súbitas de la
historia de sus habitantes y que la poesía aplicada con viveza convierta en
testimonio que trasciende la estricta subjetividad.
Cada casa tiene su memoria
y la casa misma es metáfora del modo de vivir y ser de un alma. En el poemario
no solo se recorren todos los rincones sino que hay recorridos exploratorios
por los aledaños, - plazas y callejones - incluyéndolos en los territorios relacionados
con la casa. Esta es un centro, un interior que se explora y descifra del mismo
modo como lo es el entorno, los linderos que pertenecen al exterior inmediato. Volvemos
a lo dicho. Es la poesía lo que hace posible un viaje semejante y que tal viaje
implique un desciframiento profundo del lugar donde mora el sujeto y sus
fantasmas. Y el resultado del poemario de Rafael González Serrano es, en efecto,
un viaje descifrador tan lúcido como imaginativo. .
UNA
TIRADA DE DADOS. Stéphane Mallarmé.
Versión
de Rafael González Serrano.
Rafael
González Serrano nos brinda, en esta edición, una
exclusiva, aunque seamos conscientes de la existencia de las otras versiones
que se encuentran en nuestras bibliotecas. Atreverse a publicar una nueva
versión de la obra pionera de la contemporaneidad en poesía, que fue y es, Un Coup de dés, de Mallarmé, creo que
sigue siendo eso, una exclusiva, no sólo por la relevancia del texto sino por
la nueva oportunidad que ofrece al traductor valiente a bucear por las
dispersas consignas que como brechas luminosas constituyen este poema
absolutamente singular.
Contextualizar
un texto implica conocer qué horizonte se cubre y qué otro se descubre en el
seno de las palabras, que posibilidad se ha trascendido o potenciado en el orbe
de lo semántico, que límite del decir se ha confirmado o se ha inaugurado. Y
esta obra es un inicio poético y arrastra una clave. Al traducir el texto, uno
quisiera creer que el traductor lo hace como si fuera la primera vez que aborda
el texto, es decir, que conociendo las versiones que ya existen, el traductor enfrentado al poema lo
traduzca como si se encontrara ante un texto desconocido, sin sospechar
desarrollos semánticos ni derivas experimentales que harían un estereotipo del poema originario del que parten.
La
novedad más notable de esta versión de la pieza de Mallarmé es la que el propio
Rafael señala: la elección de “tirada” por “jugada”, no solo porque en español
resulte más habitual sino porque también alude de modo directo al hecho simple
y concreto del verbo. "Jugada" tiene una significación más amplia, alude a las
veces en que se juega y se lanzan los dados; tirada alude directamente al hecho
y efecto de la jugada, a la acción concreta de lanzar los dados. Esos dados que
,según dijera Octavio Paz, son el ideograma de ese azar que constituiría tanto lo
irreductible como el horizonte que las palabras jugarían a encarnar y franquear.
No hay comentarios:
Publicar un comentario