martes, 4 de septiembre de 2018


EL ABSOLUTO

 

Para Wittgenstein el absoluto puede presentarse como una maqueta o adoptar la forma de una proposición.

 

Para Rilke el absoluto es una rosa sola y su rocío.

 

Para Georgias el absoluto es absolutamente retórico.








Para Parménides no puede haber otro absoluto que el Ser.

 

Para Salomón las dádivas del Padre.

 

Para Jarry si el absoluto no es un reino perdido en un país remoto, es posible que, al menos, pueda reducirse a una fórmula matemática.

 

Para Charles Sanders Peirce el absoluto es el nexo que crean las partes de la oración.

 





Para Mallarmé el absoluto es lo que está más allá de toda palabra y que se expresa con esa misma palabra arrebatadora: absoluto.

 

Para Bataille el absoluto es el cuerpo enfermo de deseo.

 

Para Dalí el absoluto es el cosmos con forma de cuatro nalgas femeninas en conjunción.

 

Para Poe el absoluto es la muerte incomprensible de una mujer hermosa.








Para Mefistófeles el absoluto es una forma de danza que se inicia al crepúsculo de la tarde.

 

Para Simón el Mago el absoluto es una noche sin una vela en medio del desierto. 

 

Para Gómez de la Serna el absoluto es la más genial greguería que nunca pudo escribir.

 

Para Pierre Minet el absoluto es un perro durmiendo bajo la lluvia.

 

 
 

Para Antonin Artaud el absoluto es un esputo contra el sol que es menos que el hombre.

 

Para Orfeo el absoluto era una lira.

 

Para Romeo, su absoluto era Julieta; para Julieta su absoluto era Romeo.

 

Para Descartes el absoluto era, ciertamente, una idea.

 

Para Hegel, el absoluto consistía, sobre todo, en un proceso.
 
 
 
 
Para Leibniz el absoluto es un dinamismo rítmico.

 

Para Verlaine el absoluto era la brisa del verano.

 

Para Paul Klee el absoluto es un castillo sumergido en un lago.

 

Para Stalin el absoluto era su bigote.

 

Para San Juan de la Cruz, la sublimación infinita del orgasmo a través del éxtasis místico.





 
 
Para Mesmer el éter por el que fluye la energía universal.

 

Para Gustavo Bueno el absoluto es sólo un condicional subjetivo del significado que las partes vivas del enunciado pretenden articular más allá de la frase.

 

Para el hombre el absoluto es la muerte y el tiempo.

 

Para Rimbaud la vida que debiéramos vivir bajo y sobre las estrellas.

 

Para el tiempo el absoluto es la inercia de sí mismo, la condenación a no acabarse linealmente nunca.
 
 
 
 
 

Para Stravinsky el absoluto es la simultaneidad indefinida de harmónicos.

 

Para Juan Ramón Jiménez el concurso lírico y azaroso de los átomos sobre la zona en sombra del parterre.

 

Para Borges, el absoluto es la excepcionalidad en que se produce el símbolo.

 

Para René Char el absoluto es canjeable por amores reales.

 

Para Baudelaire el absoluto es una membrana algo siniestra, como el ala de los murciélagos, agitándose sobre los amores prófugos.

 

Para Vitrubio el absoluto era la cifra ignota que posibilitaba todas las geometrías y ordenaba el espacio en unidad de laberintos.

 

Para mi tía de Benejúzar el absoluto es un buen día de mercado y conejo en salsa para comer después.
 
 
 

Para Lezama Lima el absoluto difiere de una extracción súbita de luz en la noche, pero tampoco es exactamente la derivación de un caracol en un rectángulo de agua, según el canon poético. Se trata más bien de una oposición arcana al simple vacío, a la simple nada, y, por lo tanto, un principio trémulo de esperanza de vida secreta e infinita.

 

Para Miguel Hernández el absoluto es el amor.

 

Para Nietzsche un puñetazo dado a tiempo en el centro de la mesa celeste de los hiperbóreos con el consentimiento remoto de su madre.

 

Para André Breton el absoluto es una cinta de estrellas pelirrojas colocada a los pies de una mujer que fuma opio.

 

Para Duchamp el absoluto es un juego de espejos metido en una caja giratoria.

 

Para Newton el absoluto es la función de la gravitación universal como principio ubicador del universo por cuyos desfiladeros andurrea el dragón alquímico que quisiera atrapar.

 
 
 
 

Para ti el absoluto es una palabra untuosa.

 

Para mi el absoluto es una seda que se desliza murmurando magias.

 

Para él el absoluto es un gesto temeroso, los confines del verbo.

 

Para nosotros el absoluto es una voz.

 

Para vosotros, el paisaje de una vida.

 

Para ellos, el absoluto podría ser una música que regresa.





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