LANG LANG.
VIRTUOSISMO CHOPINESCO A TRAVÉS DE MANOS ORIENTALES.
Pero
Lang Lang no toca orientalmente, a no ser que por ello entendamos una ejecución
limpia, efectiva, rápida y casi intachable. Las piezas de Chopin suenan
extraordinariamente bien en las manos de este virtuoso del lejano oriente. A
veces, quizá, un pelín rápido, pero no de tal manera que se produzca
apelotonamiento sonoro, ininteligibilidad. Es más, algunas de las piezas más
exigentes del gran compositor polaco, uno diría que no pueden sino ser interpretadas
de tal modo, rápida y deslumbrantemente.
El arte
es misterioso. Decía Yuri Lotman que las grandes obras literarias, con el paso
del tiempo, producen significaciones nuevas. Algo parecido me ha ocurrido a mí
con la música de Chopin. Al principio, me parecía demasiado azucarado y
sentimentaloide. Algo después, me sorprendieron algunas de sus piezas más
extrañas y que suenan muy modernas, porque hasta el momento no las conocía. Y
después, en la tercera fase de recepción chopinesca, descubrí o redescubrí el
grueso de su obra pianística que me parece una de las mayores delicias sonoras
para alimentar el alma. Disco recomendable, en suma, tanto por la brillantez
del intérprete como por la música soberbia que escapa de este disco a penas lo
ponemos a girar.
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