La ucronía no se
enuncia sin el conocido condicional: ¿Y si….? ¿Y si Hitler hubiera ganado la
guerra? ¿Y si Napoleón no hubiera sido derrotado? Y si, y si…
Se suele decir
que no fue Colón quien descubrió América sino los vikingos, que llegaron no sé cuánto
tiempo antes. Independientemente de que los vikingos no descubrieron nada,
puesto que descubrir implica bautizar y colonizar un territorio, no meramente alcanzar
físicamente su extensión, hay que celebrar que los vikingos no descubrieran
América, que no se internaran más y se encontraran, por fatal casualidad, con ningún individuo del nuevo continente. Los
motivos son culturales y… ¿temperamentales? Los vikingos no tenían una idea de “imperio”,
de civilización, como sí lo tenían los romanos y, tiempo después, por herencia
secular, los españoles. Si los vikingos hubieran entrado en América, la fiesta
estaría armada, pues habrían hecho, con toda seguridad, lo que solían hacer con
extrema facilidad y contundencia: arrasar, destruir y robar, como hicieron
cuando entraron en el año 800 en París, incendiando la ciudad y saqueando las
iglesias en busca del oro y la plata.
A pesar de la tediosa y, hoy, tendenciosa y falsaria leyenda negra, los españoles, que naturalmente, se enfrentaron con los nativos, hicieron otras cosas, al parecer poco reseñables y banales, según algunos, como edificar ciudades, fundar universidades, trasladar la cultura europea a América, etcétera. O sea, crear civilización, ni más ni menos. Preferible, creo yo, al aterrizaje bárbaro de los nórdicos.
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