Hace cuatro años ya
desde nuestra tragedia. No pasa un solo día sin que pueda olvidarte: te
recuerdo en el aire, en la música, te recuerdo hasta en mi voz. Como cada vez
que se acerca este aniversario, sueño contigo, bueno, sueño con un zorro
anaranjado con ojos tan negros como aquella noche, oscura y fría, pero tu
corazón siempre fue cálido…
Esta noche me ha
visitado de nuevo, pero esta vez me ha guiado a un templo japonés, el Japón de
tu infancia, entre kakemonos, bonsáis,
y un tatami donde he podido ver a una mujer elegante sirviendo el té con las
manos finas y delicadas. He respirado el equilibrio y la sencillez del
ambiente, he conectado con ese lugar, el lugar espiritual. Siguiendo tus pasos
me encuentro dentro del pabellón, protegido por altos cerezos rosados y bambús
verdes que dan sombra en las esquinas de mi sueño.
Y tú ya no estás allí,
ahora está tu familia, tu madre, tus dos hermanas y tu abuela, todas cosiendo
delicadamente. Se oyen los pájaros y las cigarras, y me siento un intruso en
este lugar, no encajo con el paisaje, no en tu mente.
Oh, y todo va más
lento, el viento silba a través de las finas cañas de bambú, todo lo que puedo
ver es verde, verde y luz. Ellas me miran, yo les devuelvo la mirada, y puedo
ver estrellas en sus ojos, lágrimas no derramadas, lágrimas tristes. A sus
espaldas puedo ver distintas criaturas, iluminando su aura, guiando sus
costuras.
Tú, pequeña criatura,
me miras desde la sombra, y solo puedo respirar, respirar tan profundo como me
permiten mis pulmones. Y ahora siento que estoy en un sueño, un lugar tan
onírico y utópico que me inquieto, ¿Qué quieres decirme? Deberías decirme tus
pensamientos, ahora no puedes pensar nada que no sea cierto, ya no te da miedo.
Se levanta despacio,
como todo en este lugar, y tararea una sencilla y lenta melodía. Cinco notas se
repiten sin cesar, cinco, y mira a su izquierda, el pasado. Entonces lo
comprendo, es la historia de la luz, la historia que contaste, que viviste,
hace tantos años, cuando aún eras feliz y la luz era parte de ti.
¿Qué pasó? ¿A dónde
hemos ido? Ahora sigo escuchándote, y yo también estoy llorando, tanto dolor y
mucho que llorar, tres amigos más gritan conmigo. Sentimos que te vemos a
través de un cristal, realmente nada ha cambiado, ¿verdad? Espero que no te
sientas triste, ya no, hiciste un buen trabajo, lo hiciste bien.
*El título del trabajo (End of a day) pertenece al álbum ‘Story
Op. 1’ del artista Kim Jong-hyung (Seúl, 8 de
abril de 1990- 18 de diciembre de 2017), integrante del grupo coreano
SHINee, el cantante cometió suicidio el 18 de
diciembre de 2017.
Gema Piñeiro López
No hay comentarios:
Publicar un comentario