martes, 21 de junio de 2022


 

REINAREMOS BAJO LOS CIELOS ESTRIADOS

 

Decir que tu belleza te pertenece parecería una suerte de tautología, una redundancia torpe si no fuera porque, a veces, las observaciones de los otros nos recuerdan el paraíso que nos está destinado junto a los dones que identifican nuestro penumbroso ser.

Precisamente esa penumbra insistente en que a veces se estanca nuestra libertad,

Es el motivo a batir por un pensamiento que reivindica la soberanía perdida.

Y ese pensamiento sabe, en instantes de súbita revelación, que pese a nuestra ira, a nuestras gratuitas mortificaciones, a nuestras reacciones de orgullo y poca solidaridad,

Basta un pequeño empeño de nuestra  maravillosa maquinaria,

Para que cuerpo y mente alcancen el ajuste preciso

Y recuperen un derecho tranquilo del dominio de la luz y del frondoso territorio propio.

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